En uno de los más devastadores golpes para los intentos del régimen dictatorial absolutista pro-saudí de la familia Al Jalifa, en Bahrein, su candidato a presidente de la FIFA sufrió una derrota.
En uno de los más devastadores golpes para los intentos del régimen dictatorial absolutista pro-saudí de la familia Al Jalifa, en Bahrein, su candidato a presidente de la FIFA sufrió una humillante derrota la pasada semana. A pesar de haber gastado una enorme cantidad de dinero en su campaña, incluyendo la creación de un sitio web profesional para apoyar su candidatura, Salman al Jalifa perdió frente al suizo Fianni Infantino.
La candidatura de Salman se vio perjudicada por su reciente pasado cuando él encabezó un comité que identificó a muchos deportistas, incluyendo futbolistas internacionales, que participaron en las manifestaciones pro-democracia en 2011 y que fueron más tarde encarcelados y torturados por el régimen de los Al Jalifa.
Su candidatura fue objeto de una campaña de críticas por parte de organizaciones pro-derechos humanos, especialmente Human Rights Watch, Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Bahrein y otras.
El senador norteamericano Ron Wyden planteó el tema del deterioro de la situación de los derechos humanos en Bahrein en un artículo publicado con motivo del 5º aniversario de la Revolución de 2011 y dijo: “La Administración Obama escogió el pasado año para reanudar la venta o transferencia de ciertos tipos de armas al gobierno de Bahrein. Yo fui uno de los que propuso la prohibición de la venta de armas ya a 2011, y no he visto razón para cambiar esta postura”.
Represión continuada
Mientras tanto, el régimen de Bahrein continúa haciendo oídos sordos a las propuestas de la población y ha incrementado la represión. En la última semana de febrero fueron arrestados al menos 19 bahreiníes. De algunos de ellos, como Yawad al Yaad, del distrito de Al Naim, no se tienen noticias, lo que hace temer que estén albergados en una de las casas secretas donde la tortura es administrada rutinariamente a los detenidos.
La política de genocidio adoptada por el dictador Hamad al Jalifa está siendo implementada día tras día. Los nativos están siendo sistemáticamente expulsados de su país en una política de transferencia forzosa llevada a cabo con ayuda israelí. La pasada semana, Hussein Jairulá fue deportado al Líbano en contra de su voluntad. Su pasaporte fue confiscado y él fue introducido a la fuerza en el avión. Al mismo tiempo, los valores culturales y religiosos de los bahreiníes nativos están siendo atacados sin descanso.
Una de los cuatro periodistas norteamericanos detenidos este mes por el gobierno de Bahrein ha denunciado que ella y su equipo fueron interrogados durante dos días en los que fueron privados de agua, comida, medicinas y sueño. La periodista Therese Day dijo a The Huffington Post el 25 de febrero que ella y sus colegas demandarán al gobierno de Bahrein por malos tratos. Ellos señalaron que “los jóvenes de Bahrein construyen barricadas para impedir que la policía asalte sus vecindades”.