La compañía turca Feza Gazetecilik fue tomada por fueras policías poco antes de que un tribunal de Estambul aprobara una petición de las autoridades para la calificar de “grupo terrorista”.
La compañía de medios turca Feza Gazetecilik, que publica el periódico más vendido en Turquía, el diario Zaman, fue tomada por viernes por la tarde por fueras policías poco antes de que un tribunal de Estambul aprobara una petición de las autoridades para calificar a la empresa de “grupo terrorista”.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado a los periodistas críticos como “terroristas” en los últimos meses. En el caso de Zaman, el resentimiento de Erdogan se remonta al escándalo de corrupción de 2013 que estuvo a punto de derrocar a su gobierno y que Erdogan superó después de expulsar de su cargo a varios jueces y calificar todo el asunto como “intento de golpe”.
Erdogan acusó al movimiento Gülen -liderado por Fetlullah Gülen, un predicador exiliado en EEUU-, que es también el propietario de Zaman, de utilizar su influencia en la policía y el poder judicial para llevar a cabo un intento de golpe contra su gobierno.
Después de la toma de la compañía, el tribunal aprobó la operación y la toma del control de los medios por un grupo de síndicos nombrados por el gobierno. Esta acción fue condenada por el personal de Zaman y numerosos grupos y asociaciones de periodistas internacionales.
El gobierno de Erdogan se ha convertido en cada vez más intolerante hacia cualquier muestra de disidencia en el país. Casi 2.000 turcos serán procesados por el delito de “insultar al presidente”.
El periódico Zaman es el diario de mayor circulación en el país y uno de los principales medios de la oposición en Turquía.
Protestas
Las fuerzas antidisturbios en Estambul lanzaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a cientos de manifestantes que se reunieron ante la sede de Zaman para expresar su ira por la toma del periódico por el gobierno.
El viernes por la tarde, las fuerzas policiales chocaron con manifestantes junto al edificio de Zaman. Los manifestantes lanzaban gritos como “La prensa libre no puede ser silenciada” y llevaban pancartas que decían “No toquéis mi periódico”.
El redactor jefe de Zaman, Abdülhamit Bilici, dijo dirigiéndose a la multitud que la toma del periódico era “un día negro para la democracia” y una mancha en la historia turca.
Por su parte, Kemal Kilicdaroglu, líder del principal partido de oposición, el Partido Popular Republicano (CHP), condenó la toma de Zaman y la calificó de “violación de las leyes que protegen la libertad de expresión” y “acto que sirve a las ambiciones de Erdogan y su partido”.
La acción contra Zaman ha provocado también una amplia indignación internacional.
“Veo esto como una injerencia extremadamente seria en la libertad de prensa que no debería de tener lugar en una sociedad democrática. Ésta es la última de una serie de medidas indebidas e inaceptables contra la libertad de prensa en Turquía”, dijo Nils Muiznieks, Comisionado del Consejo de Europa para los Derechos Humanos.
Reporteros Sin Fronteras publicó una declaración acusando a Erdogan de “moverse del autoritarismo hacia un despotismo sin límites”.
El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, dijo que Washington pedía a las autoridades turcas que respeten la libertad de prensa.
“Vemos ésta como la última de una serie de inquietantes acciones judiciales y policiales promovidas por el gobierno turco en contra de los medios que mantienen una actitud crítica contra él”, dijo Kirby.