En los últimos años, los afganos han dejado sentir su presencia en Siria, concretamente en la defensa del santuario de Sayyida Zeinab, cerca de Damasco.
En los últimos años, los afganos han dejado sentir su presencia en Siria, concretamente en la defensa del santuario de Sayyida Zeinab, cerca de Damasco.
Los afganos son seguidores de la Familia del Profeta (Ahlul Beit). La creación de la llamada Brigada de los Fatimíes (Liwaa Fatemiyun) tuvo lugar en 2012 y desde entonces se ha enfrentado a los terroristas internacionales, incluyendo a afganos que luchan en las filas del EI o del Frente al Nusra.
Una parte de estos afganos pertenecen a la etnia hazara, de mayoría shií. Muchos de ellos lucharon en su día contra los talibanes en Afganistán y otros tuvieron que abandonar este país debido a la persecución sufrida a manos de los talibanes y se refugiaron en Irán o en otras zonas del mundo, como Australia o Europa.
Unos 2.000 afganos residían ya en Siria antes de la guerra. La mayor parte vivía cerca del Santuario de Sayyida Zeinab. Una vez que la guerra comenzó, muchos fueron atacados por los grupos terroristas debido a su condición de shiíes y se convirtieron en personas desplazadas internamente.
Algunos de estos residentes se unieron a la lucha en Siria. Según The Washington Institute, los afganos tomaron un modelo organizativo similar a Liwa Abu Fadl al Abbas, la principal brigada iraquí shií que actúa en Siria y que está compuesta también en su mayor parte por refugiados iraquíes shiíes que vivían cerca del área del santuario. Estos establecieron un comité popular al inicio de la guerra, que decidió, a su vez, la creación de la brigada.
Hasta el momento, ellos han luchado en los frentes de Damasco, cerca del mencionado santuario, en la Guta Oriental y Qalamún, así como en Handarat, en Alepo.
A pesar de formar su propio grupo, los afganos continúan coordinándose y luchando junto con otros grupos aliados del Ejército sirio. Al mismo tiempo, otros han formado un segundo grupo, Hezbolá Afganistán, y ambas organizaciones parecen ahora interrelacionadas.
Algunos observadores creen que estos afganos, entrenados y endurecidos en el conflicto de Siria, pueden en el futuro viajar a Afganistán para enfrentarse allí a los talibanes o miembros del EI y constituir una notable fuerza de apoyo al Ejército afgano.