Los atentados terroristas de Bruselas son parte de una larga serie de ataques similares en Europa y fuera de ella.
Los atentados terroristas de Bruselas son parte de una larga serie de ataques similares en Europa y fuera de ella. A menudo se citan los atentados de París como un precedente inmediato olvidando la lucha contra el terrorismo que tiene lugar en países como Siria e Iraq, que han sufrido cada día desde hace varios años los mismos episodios de terror que sufrió Bruselas el 22 de Marzo. Y todo ello con la complicidad, entre otros, de algunos gobierno occidentales como el francés que ha reconocido haber entregado armas a los “rebeldes moderados” en Siria. El destino final de las armas occidentales, sin embargo, suelen ser los grupos más radicales en Siria, como el Frente al Nusra, el EI u otros.
Cuando Rusia inició sus ataques aéreos contra grupos terroristas en Siria, el presidente francés, François Hollande, y su entonces ministro de Exteriores, Laurent Fabius, contestaron que “sólo el EI” debía ser atacado. No lo debían ser, sin embargo, el Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaida, u otros grupos que han asesinado a miles de ciudadanos sirios, un número muy superior a los atrozmente asesinados en París o Bruselas.
Al mismo tiempo, varios países europeos continúan llegando a acuerdos de venta de armas con el patrocinador ideológico y material de los grupos takfiris, Arabia Saudí, a pesar de los llamamientos de Amnistía Internacional y del propio Parlamento Europeo en favor de un embargo de armas contra un país que ha agredido y comete crímenes de guerra, según ha reconocido la ONU, en Yemen. La pasada semana aviones saudíes, mataron a 106 civiles yemeníes en el mercado de Mustaba, es decir tres veces más que los fallecidos en Bruselas. Los medios europeos no dieron relevancia ni condenaron tal hecho ni a sus patrocinadores.
La UE ha suscrito también recientemente un acuerdo con la Turquía de Erdogan, otro gran patrocinador del terrorismo, que ha comerciado abiertamente con el petróleo robado por el EI en Siria y que ha amenazado repetidamente a este país con una invasión. Turquía obtendrá 6.000 millones de euros de la UE para el tema de los refugiados. No se sabe cómo será empleado este dinero.
Existen algunos signos de que la opinión pública occidental ha comenzado a cambiar. Recientemente, la revista Atlantico publicó unas declaraciones del presidente de EEUU, Barack Obama, donde éste mostraba su desconfianza hacia los saudíes “que van por libre” e “intentan arrastrar a EEUU a un conflicto sectario”.
Occidente, sin embargo, todavía se queda corto en sus conclusiones. Una política inteligente debería ser la de apoyar a las únicas fuerzas reales que luchan contra el EI y otros terroristas sobre el terreno, es decir, el Ejército y gobierno de Siria y sus aliados, el Ejército y gobierno de Iraq y sus aliados, Hezbolá y el Ejército libanés y, por supuesto, Irán y Rusia. Si no hubiera sido por todos los anteriores, Europa sufriría en la actualidad una agresión terrorista infinitamente mayor. Lamentablemente hay que decir que los europeos no han mostrado todavía ningún signo de reconocimiento hacia el papel jugado, entre otros, por Siria, que ha protegido a Europa y al mundo mediante su resistencia, mientras algunos países occidentales, y a la cabeza EEUU y Francia, intentaban derrocar a su gobierno mediante el empleo de terroristas que ostentan una ideología similar a los que atentaron en París y Bruselas. Ahora, sin embargo, el monstruo se ha vuelto contra los que lo alimentaron o permitieron su crecimiento con el fin de favorecer oscuros intereses.