Hace cinco años, un atentado suicida en el aeropuerto de Domodedovo, en Moscú, mató a 37 personas. En aquella época, Rusia luchaba contra los extremistas en el Cáucaso.
Hace cinco años, un atentado suicida en el aeropuerto de Domodedovo, en Moscú, mató a 37 personas. En aquella época, Rusia luchaba contra los extremistas en el Cáucaso. Una situación similar a la de Bruselas, pero que recibió un tratamiento mediático diferente por parte de muchos medios occidentales.
El atentado suicida en el aeropuerto de Bruselas, que costó la vida a 14 personas el martes, recuerda otro hecho similar. Hace cinco años, el más frecuentado de los aeropuertos moscovitas fue objeto de un atentado que costó la vida a 37 personas. En 2011, el EI no existía todavía, pero Doku Umarov, líder del Emirato del Cáucaso, lideraba un grupo terrorista.
En lo que se refiere a Bruselas, la prensa se muestra prácticamente unánime. La solidaridad prima. Y la condena contra los sanguinarios terroristas también. Sin embargo, en lo que se refiere al atentado en Domodedovo, algunos buscaron justificaciones. La supuesta “brutalidad” de la guerra rusa contra el terrorismo habría “provocado una respuesta”.
“Las vengativas viudas negras”
El mismo día de la tragedia, el periódico The Guardian publicó un artículo con un extraño análisis. Además de repetidos ataques contra el gobierno ruso, que contaba “cuentos de hadas” a su población, el periódico británico habló de una “violencia desproporcionada” en reacción a la amenaza terrorista. “Las repúblicas de Ingushetia, de Chechenia y de Daguestán, donde los “insurgentes” operan, constituyen el teatro de una guerra civil con todo su conjunto de ataques contra la policía y las fuerzas de seguridad locales. El Kremlin ha respondido a esta amenaza con una brutalidad característica”.
Cabe señalar que el atentado de Domodedovo tuvo lugar menos de un año después de los ataques en el metro de Moscú, que causaron 39 víctimas.
La carnicería fue perpetrada por dos mujeres kamikazes. El 24 de enero de 2011, ABC News señaló que estas últimas buscan llevar a cabo “un acto para vengar a sus seres queridos”. “Las kamikazes, a menudo mujeres que provienen de Chechenia o Daguestán, son llamadas las “viudas negras”. Ellas tienen a menudo la voluntad de vengar la muerte de sus seres queridos muertos por las tropas federales”.
El Huffington Post fue incluso más lejos. Para este medio, las regiones rebeldes del Cáucaso estaban gobernadas en parte por “insurgentes separatistas” que “han estado luchando contra las autoridades rusas durante más de 15 años”. Una forma curiosa de presentar la lucha contra el terrorismo.
En Francia, se produjo un hecho similar. El diario Libération, cuyo tratamiento del conflicto de Chechenia fue particularmente amenazador hacia Moscú. destacó por su análisis del atentado de Domodedovo. Su corresponsal señaló que “los defensores de loa derechos humanos recordaron que cada terrorista en Rusia ha sido instrumentalizado de una u otra forma por el Kremlin para alcanzar fines políticos”.
En la línea de mira, ahora y siempre, el presidente Vladimir Putin.