Los informes de los medios israelíes han evocado en estos últimos días la construcción por parte de Israel de un muro a lo largo de la frontera con el Líbano.
Normalmente, el hecho de proceder a la construcción de un muro en la frontera entre la Palestina ocupada y el Líbano sería una medida táctica por excelencia, pero en el marco del conflicto que opone a la entidad sionista a Hezbolá, estas modificaciones resumen las nuevas ecuaciones impuestas por la Resistencia libanesa al enemigo.
Ellas reflejan igualmente la amplitud de los cambios que afectan al espíritu estratégico de los dirigentes militares sionistas, como son el hecho de que el poder de disuasión israelí es ahora limitado y de que Hezbolá es capaz de franquear la frontera.
A este respecto, los informes de los medios israelíes han evocado en estos últimos días la construcción por parte de Israel de un muro a lo largo de la frontera con el Líbano, sobre todo en lugares “frágiles”, que podrían ser objeto de infiltración por parte de Hezbolá.
Esta construcción está acompañada de maniobras de evacuación de las colonias fronterizas en previsión de una confrontación global.
Además, el Ejército ha levantado un escarpe de tierra muy elevado en varios lugares de la frontera para crear una barrera difícil de franquear.
Todas estas precauciones sionistas tienen por objetivo el de impedir una eventual respuesta de Hezbolá a una agresión sionista por medio del envío de combatientes de la Resistencia al corazón de los territorios ocupados.
De este modo, a pesar de que la entidad sionista ha desarrollado sus capacidades destructivas y tecnológicas de forma continuada, ella ha cambiado su estrategia de combate y la ha reorientado hacia el empleo de barreras naturales y artificiales para impedir toda infiltración de Hezbolá.
En el pasado, el enemigo basaba su estrategia militar en la eliminación de la amenaza, la destrucción de las capacidades enemigas y la ocupación de su territorio.
Estos cambios en la doctrina de combate constituyen ante todo un reconocimiento del fracaso de Israel en todas sus medidas militares, incluyendo opciones ofensivas destructivas. De este modo, los dirigentes sionistas admiten la ineficacia de los ataques preventivos llevados a cabo desde la creación de la entidad, como sucedió en Túnez en 1985, en Iraq en 1981 y en Beirut en 1982. Ahora, Israel ha tomado medidas defensivas para intentar proteger sus colonias en el corazón de la Palestina ocupada.
Todas estas nuevas estrategias se han elaborado tras las serias amenazas lanzadas por el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, de tomar el control de Galilea y por la comprensión israelí de que la Resistencia libanesa tiene la capacidad para hacerlo.
Además, los dirigentes sionistas son conscientes de la incapacidad de su ejército para asegurar la protección de las colonias y los colonos en caso de una nueva guerra con Hezbolá.