22-11-2024 05:04 AM Tiempo de Jerusalén

El fracaso de Al Yazira

El fracaso de Al Yazira

La visita de Walid al Muallim ha sido recibida con desmayo por los patrocinadores del terrorismo internacional, y en primer lugar los regímenes de Arabia Saudí y Qatar, y los medios a su servicio.

La reciente visita del ministro de Exteriores, Walid al Muallim, ha sido recibida con desmayo por los patrocinadores del terrorismo internacional, y en primer lugar los regímenes de Arabia Saudí y Qatar, y los medios a su servicio. Ése es también el caso de Al Yazira, cuyo presentador y analista, Faisal al Kasim, criticó a Argelia en un mensaje en Facebook. Este propagandista anti-sirio habló de “una re-edición del escenario argelino en Siria”, es decir, la victoria del Ejército a manos de los grupos terroristas.

La cadena qatarí, que ha sido uno de los patrocinadores mediáticos de los grupos terroristas en Siria, vive en la actualidad un declive, como deja ver el despido de 500 empleados, la fuerte caída en su audiencia y el creciente desinterés del régimen de Qatar, que ve cada vez más Al Yazira como una carga económica y el recordatorio de un proyecto político fracasado.

La cadena ha fracasado ciertamente en la misión que le habían encomendado sus fundadores y que consistía en desestabilizar el Magreb y el Oriente Medio, el derrocamiento de sus gobiernos y la extensión de la influencia de las tiranías monárquicas del Golfo Pérsico. Tras años de aturdimiento y crédulo asentimiento, muchos ciudadanos árabes han comenzado a comprender el papel que juega Al Yazira como medio de propaganda, manejado por expertos norteamericanos y británicos en desinformación y manipulación.

Los pueblos de Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Siria han visto como sus países atravesaban serias crisis motivadas por levantamientos alentados por Al Yazira, Al Arabiya y otros medios apoyados por Arabia Saudí o Qatar. Estos dos regímenes han promovido revueltas dirigidas a implantar gobiernos autoritarios controlados por los Hermanos Musulmanes o por organizaciones wahabíes bajo la cobertura de una pseudo-democracia.

Egipto, por ejemplo, tomó la medida de cerrar las oficinas de Al Yazira en su territorio y arrestar a los periodistas-agentes, que fueron juzgados y condenador por atentar contra la seguridad nacional y fomentar la subversión en el país.

Qatar, confrontado a la caída en los precios del petróleo y el gas, ha comenzado a aplicar recortes drásticos en el país y esto ha afectado gravemente a Al Yazira. Algunos analistas hablan ya del posible cierre del canal, no sólo en base a estos problemas económicos sino, sobre todo, al fracaso del proyecto wahabí takfiri en todos los países que fueron víctimas de la llamada “primavera árabe”. El régimen qatarí es consciente del desprestigio del canal y de que los resultados de su propaganda, que ha contribuido a la creación de monstruos que amenazan a toda la humanidad como el EI y Al Qaida, ha comenzado a salpicarlo.