Con la intensificación de la guerra en Siria, las mujeres sirias han participado como voluntarias en distintas unidades y milicias en un número de cientos o posiblemente miles.
Con la intensificación de la guerra en Siria, las mujeres sirias han participado como voluntarias en distintas unidades y milicias en un número de cientos o posiblemente miles. Cabe destacar, en este sentido, las mujeres que combaten en las filas de la Guardia Republicana o en las milicias del Partido Baaz o las kurdas.
“Cuando no hiero o mato a un terrorista en el otro lado, lloro de rabia”, señala la sargento Rim (de 21 años), que actúa como francotiradora. Ella pertenece a un batallón de mujeres de la Guardia Republicana, una unidad de élite del Ejército sirio. Rim realiza tres o cuatro misiones diarias que consisten en situarse en una posición elevada desde donde busca con su moderno fusil de mira telescópica un posible blanco, dando prioridad alguno de los jefes de los terroristas cuando los puede identificar.
Su compañera Zainab prefiere utilizar otro tipo de armas más pesadas como la artillería o lanzacohetes, “que destruyen un edificio controlado por los terroristas y todo lo que hay en él”.
Su batallón, que fue formado a finales de 2012, ha luchado principalmente en Homs y está integrado por unas 800 mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 50 años. Zainab señala que el batallón fue creado por decisión del presidente Bashar al Assad que quería “poner de relieve el papel de las mujeres sirias en el terreno de la defensa, como demostración de que ellas pueden tener éxito en cualquier campo”.
Ella señala que el papel de la mujer siria en las Fuerzas Armadas no es algo nuevo. Las mujeres han formado parte del Ejército y la Policía desde los años ochenta. Las mujeres que forman parte de las milicias del Partido Árabe Socialista Baaz también han luchado desde esas época contra los militantes de la Hermandad Musulmana, un grupo alzado en armas en 1982 y que constituye uno de los pilares de los grupos armados en Siria.
En muchos lugares de Siria, el combate de las mujeres no ha sido fruto de una vocación sino de la necesidad de protegerse de las acciones de los grupos armados, que incluyen numerosos casos de violencia sexual contra mujeres. Muchas mujeres sirias musulmanas combaten para impedir los avances de los grupos terroristas wahabíes takfiris, que promueven un modelo de sociedad donde la mujer queda relegada, como sucede en Arabia Saudí, donde las mujeres no pueden ni siquiera conducir. Ellas también buscan demostrar que el Islam concede todos los derechos a la mujer y que los wahabíes son una desviación fanática y herética que no representa para nada a su religión.
La movilización de las mujeres ha sido especialmente importante en la región kurda. Cabe señalar que en la milicia kurda de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) una de cada cinco combatientes es una mujer. Las mujeres kurdas destacaron el pasado año en los combates contra el EI en la ciudad de Ain Arab (Kobani).