Siete viviendas palestinas fueron demolidas el lunes en la Cisjordania ocupada en un plazo de pocas horas, en lo que constituye un castigo colectivo penado por la comunidad internacional.
Siete viviendas palestinas fueron demolidas el lunes en la Cisjordania ocupada en un plazo de pocas horas, en lo que constituye un castigo colectivo penado por la comunidad internacional.
Tres viviendas palestinas fueron demolidas en Qabatiya, una ciudad de 20.000 habitantes situada al sur de Yenin. Ellas pertenecían a las familias de tres palestinos abatidos tras dar muerte a una soldado ocupante israelí. El lunes por la noche fuerzas israelíes entraron en la ciudad y destruyeron las viviendas de Muhammad Kamil, Ahmed Zakarneh y Ahmed Abu al Rub.
Poco después, se produjeron choques entre palestinos y soldados ocupantes israelíes. Al menos, 5 palestinos resultaron heridos y fueron evacuados hacia el hospital de Yenin.
Qabatiya ha sido objeto anteriormente de otros asaltos del Ejército israelí que la ha mantenido bloqueada. Muchos de los permisos de trabajo de sus residentes han sido revocados por las autoridades de ocupación. Al menos 10 palestinos de esta localidad han sido asesinados por el Ejército israelí desde el pasado mes de octubre.
Las otras cuatro viviendas destruidas estaban situadas en el Jerusalén Este ocupado y las localidades de Duma y Surif, en Cisjordania. Es posible que una quinta vivienda sea destruida: la de un palestino detenido por haber ayudado presuntamente a los otros tres jóvenes a llevar a cabo su operación.
Estas acciones, que son condenadas por la ONU por constituir un castigo colectivo, no han servido para detener las operaciones de resistencia, según reconoció recientemente una comisión israelí. La Autoridad Palestina, por su parte, ha señalado que estos actos israelíes serán denunciados ante el Tribunal Penal Internacional.
El propio coordinador de la ONU para las Actividades Humanitarias en los Territorios Palestinos Ocupados, Robert Piper, visitó el pasado 29 de marzo la comunidad cisjordana de Jirbet Tana, donde unos días antes las demoliciones israelíes dejaron un balance de 87 desplazados.
Según una nota de prensa, los ocupantes destruyeron 53 estructuras, entre ellas 22 viviendas, varias de las cuales habían sido entregadas por donantes en respuesta a anteriores demoliciones.
Las viviendas palestinas son también destruidas con frecuencia por construirse sin el permiso de las autoridades de ocupación israelíes. Es, sin embargo, prácticamente imposible conseguir tales permisos, que sí son otorgados sin problemas a los colonos judíos de los asentamientos, que ocupan ilegalmente tierras palestinas.