Más de 100 terroristas resultaron muertos y muchos más heridos en un fallido ataque contra Jan Tuman, Al Zarbah y Al Jaladiyah.
Los grupos terroristas han sufrido una alta tasa de muertos y de destrucción de sus vehículos armados y tanques cuando una gran ofensiva suya en el sur de la provincia de Alepo fue repelida por unidades del Ejército sirio y combatientes de Hezbolá así como por los ataques de la aviación siria.
Más de 100 terroristas resultaron muertos y muchos más heridos en un fallido ataque contra Jan Tuman, Al Zarbah y Al Jaladiyah.
Al menos tres tanques y nueve vehículos equipados por ametralladoras fueron destruidos debido al fuego de los misiles, la artillería y los aviones sirios.
Varios coches-bomba de los terroristas explotaron también al ser alcanzados por el fuego de las unidades de misiles del Ejército sirio.
Según informes militares sirios, las fuerzas aéreas y terrestres coordinaron sus esfuerzos para repeler el ataque a gran escala de los grupos, que lograron controlar durante dos o tres horas la localidad de Jalidiyah.
“Los terroristas del Frente al Nusra, Yund al Aqsa, Ahrar al Shams, el Ejército Sirio Libre y otros lanzaron una ofensiva conjunta masiva para capturar la ciudad de Jan Tuman. Ellos tomaron la localidad de Jalidiya, pero tras unas horas de fuego intenso del Ejército sirio y las unidades de Hezbolá, respaldados por la aviación siria, se vieron obligados a retirarse”, señalaron las fuentes.
La causa del fracaso de este ataque fueron dos: en primer lugar, los grupos armados no fueron capaces de ocultar sus preparativos sino que éstos fueron detectados por los equipos de vigilancia aérea y terrestre del Ejército sirio. En segundo lugar, los bombardeos de la aviación siria y la rusa dispersaron a muchos terroristas y destruyeron sus equipos antes de que su ofensiva diera comienzo.
Este ataque masivo fracasó, pues, en devolver la iniciativa a dichos grupos en el campo de batalla y en abortar la inminente ofensiva de las fuerzas gubernamentales en la provincia de Alepo.
Este fracaso ha constituido una nueva decepción para los espónsores y financiadores del terrorismo, es decir Turquía, Arabia Saudí y Qatar, que habían apostado en cambiar la ecuación en el campo de batalla reuniendo una fuerza conjunta de varios grupos.