Rusia y China presentaron el miércoles en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para fortalecer la lucha contra el terrorismo...
Rusia y China presentaron el miércoles en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para fortalecer la lucha contra el terrorismo, en particular evitar el empleo de armas químicas por los extremistas.
En declaraciones a la prensa, el embajador ruso aquí, Vitali Churkin, llamó al respaldo a la iniciativa en el órgano de 15 miembros, presidido este mes por China, a partir de preocupantes reportes del empleo de esos artefactos por los terroristas en Siria e Iraq.
De acuerdo con el diplomático, recientes informes reflejan el uso de armas químicas en Deir Ezzor y Alepo, dos de las regiones donde el EI es muy activo.
"Incluso han admitido el empleo de esas armas o la preparación de ellas", advirtió.
Churkin recordó que la resolución 2118 de 2013 estableció la eliminación de las armas químicas en Siria, lo cual el Gobierno de Bashar al Assad cumplió, y el reporte de la utilización por los actores no estatales de los peligrosos gases.
Sin embargo, esto último no lo hemos visto, pese a las diferentes fuentes que señalan el uso de las letales sustancias en Deir Ezzor, de ahí la importancia del nuevo proyecto de resolución, precisó.
Según el Embajador, la propuesta de Rusia y China busca llenar los vacíos existentes en el tema, y convoca a los países, en particular a los vecinos de Siria e Iraq, a informar cualquier sospecha o indicio del empleo, fabricación y transporte de armas químicas por los terroristas.
También pretende fortalecer el mecanismo de vigilancia de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), agregó.
Para Churkin, los pasos reflejados en el proyecto "pudieran parecer elementales, pero resultan necesarios".
Ya hemos discutido la iniciativa con algunos miembros del Consejo de Seguridad y esperamos que la misma ayude a fortalecer el combate al terrorismo, dijo.
La propuesta debe ser analizada por los integrantes del Consejo, donde Estados Unidos, Francia y Reino Unido, las potencias occidentales que comparten escaños permanentes con Rusia y China, suelen mirar con lupa todo lo que viene de Moscú y Pekín.
PL