El pasado 3 de diciembre tuvo lugar en Caracas (Venezuela) la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que tomaron parte 33 estados de América Latina y el Caribe.

El pasado 3 de diciembre tuvo lugar en Caracas (Venezuela) la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que tomaron parte 33 estados de América Latina y el Caribe y a la que no fueron invitados EEUU ni Canadá.

La creación de la CELAC fue considerada por la mayor parte de población y gobiernos latinoamericanos como un hecho histórico de grandes proporciones, teniendo en cuenta que pone en marcha un proceso de integración que une a más de 580 millones de habitantes de toda la región y abarcará un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados, con enormes recursos y reservas.

En su conjunto, estos países son el primer exportador de alimentos del planeta y su crecimiento medio en 2010 fue del 6%, más de dos veces el de EEUU. Cabe señalar que América Latina está incrementando su influencia internacional en unos momentos en los que Europa y EEUU continúan inmersos en una grave crisis económica. En este sentido, muchos creen que una de las razones que impulsaron la creación de la CELAC fue la de desarrollar el comercio interno dentro de América Latina en un momento de grave crisis económica en Europa y EEUU, que ha reducido la expectativas de desarrollo comercial de estos últimos.

La CELAC supone además un paso adelante en el proceso de independencia y soberanía políticas de América Latina que fue promovido en su día por el libertador Simón Bolívar y que ha sido promovido en los últimos años por la Venezuela de Hugo Chávez y el resto de gobiernos latinoamericanos que comparten su espíritu nacionalista. Muchos, como el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, han visto en la creación del bloque una reafirmación de la independencia y voluntad de integración de América Latina y el fin de la Doctrina Monroe, anunciada en 1823, que otorgaba a EEUU una hegemonía sobre los temas del continente.

La CELAC se ha convertido una alternativa a la Organización de Estados Americanos (OEA), el foro principal para los temas regionales en los pasados 50 años y de la que son miembros Canadá y EEUU, país este último que ha dominado en las últimas décadas el bloque. La OEA ha sido considerada desde hace ya mucho tiempo como inoperante, como demuestra su pasividad ante crisis como el intento golpista de septiembre de 2008 en Bolivia, o el golpe en Honduras en 2009 y la intentona ocurrida en Ecuador en 2010. Los críticos afirman que el descrédito de la organización es fruto de su papel como correa de transmisión de las políticas estadounidenses en el continente.

Además de CELAC, continuarán actuando UNASUR (bloque creado en 2008 que integra a todos los estados de Sudamérica) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Ambos grupos de integración han producido resultados concretos y altamente positivos tanto en lo económico, como en lo político y cultural.

Plan de Acción

Durante la cumbre de fundación fue aprobado un Plan de Acción y un texto que pone de relieve cuáles son los propósitos oficiales de la CELAC. El Plan de Acción incluye varios programas sociales, educativos, energéticos, tecnológicos y medioambientales y propone la construcción de “una nueva arquitectura regional basada en la solidaridad, la justicia y la transparencia”.

Dentro del campo del comercio y las finanzas, el plan propone el establecimiento de tarifas preferenciales para los países de la CELAC y señala que la nueva organización buscará “promover la voz de los países latinoamericanos en la arena internacional”. El presidente de Bolivia, Evo Morales, cree también, en este sentido, que la organización puede contribuir a buscar un nuevo modelo económico que ponga el énfasis en el bienestar social de los latinoamericanos y que se mantenga alejado de la “crisis terminal y estructural del capitalismo”.

En el terreno educativo y social, la CELAC se ha comprometido a erradicar el analfabetismo del continente en 2015 y crear una comisión que haga frente a problemas tales como la pobreza y el hambre, que afectan a millones de ciudadanos del continente. En lo que respecta al medio ambiente, se creará un foro encargado de desarrollar y aplicar proyectos de este tipo a nivel local y regional.

Otro acuerdo de la CELAC establece también un mecanismo del diálogo, que se activará cuando se presenten situaciones de conflictos como el limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua o el existente entre Chile y Bolivia debido a la demanda de este último país de una salida al mar con el propósito de impulsar su economía.