El último borrador de la nueva ley para las ONG (Organización No Gubernamental) extranjeras en China prevé la supervisión policial y controles más estrictos sobre sus vías de financiación.
El último borrador de la nueva ley para las ONG (Organización No Gubernamental) extranjeras en China prevé la supervisión policial y controles más estrictos sobre sus vías de financiación, indicó la agencia rusa Sputnik.
La nueva regulación da un trato diferente a las ONG que China considera hostiles y el resto, que disfrutarán de trámites burocráticos más simplificados.
Entre el millar de ONG extranjeras en el gigante asiático existe el temor de que las nuevas regulaciones puedan dificultar sus operaciones.
Entre ellas hay cámaras de comercio, centros universitarios, organizaciones de caridad o medioambientales como Greenpeace.
La última propuesta será sometida a votación próximamente, señala la agencia de noticias Xinhua, después de que EEUU, Canadá y la Unión Europea hubieran protestado con firmeza contra las anteriores.
El punto más controvertido de la regulación es el poder discrecional del que se dota a la Policía para supervisar las ONG e "invitar a charlar" a sus dirigentes si cree que sus actividades ponen en riesgo la seguridad nacional.
Las ONG acusadas de subversión contra el Estado o separatismo serán incluidas en una lista que les prohibirá operar en China.
También se impone un escrutinio financiero más estricto con normativas sobre el origen de sus fondos y contabilidad.
Para las ONG que no sean calificadas como sospechosas, como colegios, hospitales e institutos de investigación de ingeniería o ciencia, seguirán siendo aplicables las regulaciones más laxas del pasado.
"Las organizaciones consideradas como valiosas para China y que no sean políticamente problemáticas tendrán más apoyo, mientras las consideradas peligrosas serán gradualmente eliminadas", ha señalado Chan Kin-man, profesor de la Universidad China de Hong Kong, al diario South China Morning Post.