Ted Cruz ha tirado la toalla y ha anunciado su retiro de la campaña electoral norteamericana tras sufrir una fuerte derrota en Indiana.
Ted Cruz ha tirado la toalla y ha anunciado su retiro de la campaña electoral norteamericana tras sufrir una fuerte derrota en Indiana, donde su rival, Donald Trump, obtuvo más de la mitad de los votos.
Cruz compartió en un principio varios puntos del programa de Trump, incluyendo una política menos intervencionista en el extranjero. Sin embargo, una vez que la campaña dio inicio y Trump comenzó a ponerse por delante, él intentó granjearse el favor del liderazgo del Partido Republicano y de los sectores neocon que apoyaron en su día al ex presidente norteamericano, George W. Bush y le empujaron a la guerra de Iraq. Estos sectores se habían inclinado en un principio por Marco Rubio, un firme opositor al acuerdo nuclear de Irán.
En marzo, Cruz mostró el que iba a ser su equipo de política exterior compuesto con los más agresivos neocon sionistas afirmando que ellos eran un grupo de sus “amigos de confianza”, que creían en una “América fuerte”.
Uno de estos elementos era Frank Gaffney, un islamófobo estridente que ha estado defendiendo una amplia gama de teorías conspiratorias incluyendo una que afirmaba que varias altas figuras de los partidos Demócrata y Republicano formaban parte de un grupo musulmán secreto que conspiraba para la conquista de EEUU. Cruz le calificó de “patriota” y “hombre de visión clara”.
Otra prominente figura de la campaña de Cruz es Michael Ledeen, el hombre que promovió la mentira de los intentos iraquíes de obtener óxido de uranio concentrado, que sirvió como uno de los principales pretextos para la invasión y ocupación norteamericana de Iraq en 2003. Ledeen ha estado también envuelto en una serie de escándalos que se remontan a la época del Escándalo Irán-Contras. Él fue asimismo el hombre que consiguió el trabajo en la Marina para el espía israelí Jonathan Pollard.
Él fue además uno de los más agresivos halcones anti-iraníes que promovió la guerra contra Irán.
Otro miembro del equipo de Cruz era Elliot Abrams, que se declaró culpable de dos cargos de retener información referente al Escándalo Irán-Contras al Congreso. Él estuvo implicado en varias sucias operaciones en la época de Reagan. Él fue amnistiado posteriormente por el presidente George H. W. Bush y fue un asesor especial de George W. Bush.
Abrams, un halcón pro-israelí, fue acusado por el diario The Guardian de estar en el centro de la conspiración para derrocar a Hugo Chávez en el fallido golpe de abril de 2002 en Venezuela.
De este modo, Cruz se rodeó de belicistas y criminales del mayor calibre. Él creía, de este modo, que contaría con el apoyo del lobby pro-israelí. Sin embargo, esto le presentó como un candidato belicista y un individuo ambicioso y sin escrúpulos. En última instancia, él no ha podido conseguir su objetivo y se ha retirado tras cosechar una ola de derrotas.