03-05-2024 04:21 PM Tiempo de Jerusalén

El milagro económico brasileño: ¿Un triunfo de la economía social?

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Países del Sur como China, India, Sudáfrica o Brasil están experimentando altos niveles de desarrollo y crecimiento y sus economías están en vías de superar a las de los otrora dominantes países europeos

Hoy en día estamos siendo testigos de un desplazamiento del eje geopolítico y económico a escala mundial. Mientras que las economías europeas y la estadounidense atraviesan una etapa de crisis, con altos niveles de endeudamiento, desempleo y pobreza, los países del Sur -como China, India, Sudáfrica o Brasil- están experimentando altos niveles de desarrollo y crecimiento y sus economías están en vías de superar a las de los otrora dominantes países europeos.

El caso de Brasil es relevante a este respecto. Según un grupo de investigación británico, el Centre for Economics and Business Research (CEBR), la economía de Brasil ha superado este año a la del Reino Unido, convirtiéndose así en la sexta mayor del mundo y desplazando a la británica al séptimo lugar. Esta entidad también augura que India, cuya economía ocupó el décimo lugar en 2011, subirá hasta el quinto lugar en 2020 y alcanzará a EEUU dentro de algunos años más. Para entonces, China será la primera potencia económica mundial.

Una de las razones de este sobrepaso es el sostenido desarrollo económico del país latinoamericano en los últimos ocho años. En 2010 su tasa de crecimiento fue del 7,5% aunque esta última se reducirá previsiblemente hasta el 3,5% en este año. Estos datos son positivos aunque los expertos advierten que el crecimiento por sí solo no es un indicativo de un desarrollo económico sano.

Hasta el principio del siglo actual, Brasil era un ejemplo de país subdesarrollado, con una economía estancada e incapaz  de generar altos índices de crecimiento. Su alto nivel de endeudamiento y su dependencia del FMI mantenían también al país en una situación de postración.

Todo cambió con las políticas económicas promovidas por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva y sus gobiernos. Lula reforzó la democracia y promovió el desarrollo económico y social fomentando la creatividad y productividad del pueblo brasileño. Como consecuencia de tales políticas, el crecimiento económico se duplicó, la deuda externa quedó superada, el país logró reunir reservas en divisas por valor de 350.000 millones de dólares y fueron creados millones de empleos. Al mismo tiempo se multiplicó el gasto en infraestructuras, con una mejora de los puertos y aeropuertos. Este sector ha recibido un notable impulso con la selección de Río de Janeiro como sede del Campeonato Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Una de las claves del éxito de la economía de Brasil ha sido la erradicación de la pobreza. En efecto, la tasa de pobreza en el país, que era del 17,6% en 1981 se ha reducido al 10% en la actualidad. El Ministerio de Desarrollo Social puso en marcha una estrategia denominada Hambre Cero y desarrolló programas como Bolsa Familia para garantizar el acceso de todos los brasileños a una alimentación y recursos adecuados. Al mismo tiempo, Brasil incrementó su gasto en educación y en sanidad, que llega hoy al 10% del PIB del país.

Los municipios han llevado a cabo iniciativas tendentes a la creación de cooperativas y se han puesto en marcha cursos de formación profesional para algunos de los beneficiarios de la Bolsa Familia con vistas a lograr un puesto de trabajo o acceder al autoempleo. Cabe señalar que los recursos que Bolsa Familia proporciona pueden ser gastados libremente por los beneficiarios, no sólo en comida sino también en ropa, material escolar o incluso en muebles y reparaciones en las viviendas, lo cual ha beneficiado también a la economía en general.

Con el fin de conocer en detalle las necesidades de cada individuo y familia, el gobierno brasileño aprobó en 2001 el Cadastro Unico, que permite a cada persona necesitada registrarse sólo una vez para acceder a los programas del gobierno. El solicitante ha de rellenar un formulario de 10 páginas, lo que ayuda al gobierno brasileño a conocer las necesidades de cada uno de ellos y los programas convenientes para él y su familia.

Como consecuencia, más de 40 millones de personas que anteriormente vivían bajo los niveles de la pobreza han sido capaces de remontar su situación gracias a las medidas anti pobreza. Hoy en día, estas capas sociales se han convertido en una nueva clase media. Esta nueva clase ha comenzado a consumir productos dando así un impulso básico a la demanda interior y contribuyendo a la expansión de la economía.

Al mismo tiempo, Brasil ha puesto en marcha un programa destinado a los niños que son vulnerables al desempeño del trabajo infantil con el fin de impedir este último. También ha creado una red de instituciones para niños maltratados o abandonados. Asimismo, el país aprobó una ley en 2009 que garantiza un programa de alimentación en los centros escolares.

Sombras en la economía

Sin embargo, algunos se quejan de que no todo son luces en el actual panorama económico de Brasil. El real se ha convertido en una moneda fuerte y sobrevalorada y, como consecuencia, muchas fábricas encuentran ahora difícil exportar o incluso competir en casa con los productos más baratos procedentes de China u otros países de Asia. A esto hay que sumar que el coste de la mano de obra y el transporte son también similares a los de los países del Norte.

El flujo de inversiones extranjeras han provocado inflación. Muchos productos y servicios son ahora más caros. Un refresco o un taxi cuestán más en Sao Paulo que en Nueva York. Los precios de las viviendas y las oficinas en Río de Janeiro y Sao Paulo se han duplicado en los pasados tres años y superan también a los de las grandes ciudades norteamericanas.

Por otro lado, si bien los grandes flujos de capitales hacia el país han ayudado a Brasil a financiar su incipiente estado de bienestar y sus enormes proyectos de infraestructura -muchos de ellos vinculados al Campeonato Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos-, estos capitales tienen en gran parte una naturaleza especulativa porque algunos inversores toman prestado dinero en los países desarrollados, donde los tipos de interés son casi del 0%, lo depositan en Brasil, que tiene el mayor índice de tipos de interés de entre las grandes economías, y se embolsan la diferencia.

Estos flujos han creado una superabundancia de dinero y ha ayudado a multiplicar los préstamos bancarios, muchos de los cuales son considerados de alto riesgo. También se ha creado una potencial burbuja en el sector inmobiliario.

Las autoridades brasileñas han buscado reducir este flujo con medidas dirigidas a lograr la bajada de los tipos de interés y la aprobación de un impuesto sobre la adquisición de valores en las bolsas. También han aprobado un paquete multimillonario de ayudas a las empresas brasileñas perjudicadas por el alza en la cotización del real.

Algunos de estos problemas podrían, sin embargo, verse resueltos paradójicamente por la crisis en Europa y EEUU, que podría llevar a una fuerte disminución de los flujos de capitales hacia Brasil. Según algunos analistas, esto podría causar una caída en el valor de la moneda y el precio de los bienes inmuebles y otros así como impedir el posible crecimiento de la inflación.