Un informe norteamericano muestra la confusión que se ha apoderado de los militares de esa nacionalidad en Afganistán frente a la amplitud de la revuelta de los talibanes.
Un informe norteamericano muestra la confusión que se ha apoderado de los militares de esa nacionalidad en Afganistán frente a la amplitud de la revuelta de los talibanes. Uno de los soldados ha señalado que la estrategia estadounidense en ese país no había hecho más que agravar la situación y había convertido la guerra en inganable.
La guerra de Afganistán, que dura ya desde noviembre de 2001, se ha convertido en la más larga de la historia militar de EEUU.
El Pentágono ha publicado partes de un informe de 700 páginas en el que los militares expresaron su malestar por la política llevada a cabo en Afganistán. “No es una estrategia, de hecho, sino una receta para la catástrofe”, dijo uno de los soldados estadounidenses cuyo nombre no es citado por razones de seguridad.
Él añadió que su unidad, que tenía la misión de asesorar y ayudar a las fuerzas afganas y no tomar parte en los combates pidió, se vio inmersa en los mismos. Ella pidió a su mando hasta tres veces que clarificara su misión, pero no obtuvo respuesta.
“Las reglas del combate se hallan atrapadas en las garras de la confusión política vinculada a la misión”, declaró un militar occidental a Reuters.
“Parece que nadie en las capitales occidentales quiere admitir que la situación en la zona de guerra de Afganistán se agrava y que las tropas llevan a cabo misiones militares de forma cotidiana”, añadió.
Muchos militares, cuyas declaraciones están recogidas en el informe del Pentágono, no comprenden tampoco por que los 12 militares reconocidos como responsables del bombardeo del hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz han recibido sólo sanciones administrativas.
El 3 de octubre, un avión de las fuerzas especiales norteamericanas lanzó ataques mortales contra un hospital administrado por MSF cuando las fuerzas afganas intentaban tomar el control de Kunduz, ciudad estratégica que estaba entonces en manos de los talibanes.
El incidente causó la muerte de 42 personas, incluyendo pacientes y personal médico y sanitario, y 43 heridos.
Los médicos informaron a los norteamericanos durante el ataque que se trataba de un hospital, que estaba también bien señalizado. Esto permite señalar que se trató de un crimen de guerra y no un error.