El pasado martes y en una abierta provocación, EEUU envió a un destructor lanzamisiles, el USS William P. Lawrence, a la zona marítima cercana al Arrecife de Fiery Cross.

El pasado martes y en una abierta provocación, EEUU envió a un destructor lanzamisiles, el USS William P. Lawrence, a la zona marítima cercana al Arrecife de Fiery Cross, situado en el archipiélago de las Stratly, en el Mar de la China Meridional. Esta operación fue realizada con el pretexto de la “libertad de navegación”, que es interpretado por EEUU como el derecho a desplegar fuerzas militares y navales cuando quiera en las aguas chinas o de otros países.

China respondió enviando al menos a dos aviones de combate J-11. Los pilotos chinos realizaron advertencias al destructor norteamericano. La Marina china despachó también a tres buques de guerra, pero no hay informaciones de que los barcos rivales llegaran a entrar en contacto.

EEUU ha estado enviando buques y aviones al área, incluyendo un B-52, varios destructores y un portaaviones. China no había reaccionado militarmente hasta ahora y se había limitado a protestas diplomáticas. Sin embargo, en esta ocasión fueron despachadas fuerzas aéreas y navales chinas a la zona, lo que podría dar lugar a un incidente militar serio en el futuro.

En 2014, China envió fuerzas militares al arrefice y construyó una isla artificial, con un aeropuerto de 3,300 metros de longitud y un puerto. En enero de 2016, aviones civiles comenzaron a aterrizar en el aeropuerto y ahora él es usado también por aviones militares chinos.

EEUU ha anunciado que seguirá enviando sus fuerzas navales al archipiélago de las Spratly dentro de su estrategia más amplia para cercar a China. Sin embargo, el despliegue de los aviones chinos muestra que Pekín está dispuesto a defender su soberanía. Al mismo tiempo, China continúa desarrollando sus fuerzas armadas y sus capacidades defensivas y posee ahora misiles capaces de hundir portaaviones a miles de kilómetros de sus costas.

La prensa china ha adoptado también un perfil nacionalista y aboga por reforzar la defensa militar de las islas frente a quien cuestione o desafíe la soberanía de China sobre las mismas.