Los países de América del Sur, integrados en la Unión de UNASUR, denunciaron en una declaración publicada en el 18 de Marzo los planes de exploración petrolífera en el disputado archipiélago de las Islas Malvinas.
Los países de América del Sur, integrados en la Unión de las Naciones Sudamericanas (UNASUR), denunciaron en una declaración publicada durante su cumbre del 18 de Marzo los planes de exploración petrolífera en el disputado archipiélago de las Islas Malvinas en medio de crecientes tensiones entre el Reino Unido y Argentina sobre el archipiélago.
La UNASUR fue creada en 2008 y a ella pertenecen los 12 países del continente sudamericano. “La presencia militar del Reino Unido en las Malvinas va en contra de la política de la región de buscar una solución pacífica a la disputa sobre la soberanía y la región reitera su rechazo de esa presencia,” dijeron los ministros de Exteriores de UNASUR en la declaración.
Los países de UNASUR también rechazaron “las actividades unilaterales británicas en la zona en disputa, que incluyen, entre otras cosas, la exploración y explotación de los recursos argentinos renovables y no renovables”.
No obstante, fue Venezuela quien utilizó los términos más duros para expresar su respaldo a Argentina. El ministro de Exteriores de ese país, Nicolás Maduro, señaló que “lo que ha hecho Reino Unido en las últimas semanas es grosero” y pidió a la UNASUR medidas más contundentes. La actitud del primer ministro del Reino Unido, David Cameron, y de su ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo Maduro, es de “arrogancia, prepotencia y desprecio hacia Argentina, y si es hacia Argentina, también es hacia todos nosotros”.
El Reino Unido colonizó las Islas Malvinas, situadas a 300 millas de la costa argentina, en 1833. Desde entonces las islas, que tienen unos 3.000 habitantes, la mayoría de origen británico, han sido declaradas Territorios Británicos de Ultramar. Londres ha desoído los llamamientos de la ONU para que inicie el proceso de descolonización y ha enviado en las últimas semanas a su más sofisticado buque de guerra, el destructor HMS Dauntless, y un submarino nuclear a las islas para disuadir a Argentina de lanzar una operación militar para tomar las islas de nuevo, como sucedió en 1982.
Compañías británicas
La declaración de las naciones sudamericanas ha sido rechazada por fuentes oficiales británicas que insisten en su derecho a desarrollar los recursos de las islas a cuya soberanía Londres no desea renunciar.
Con el apoyo oficial garantizado, las petroleras británicas han empezado ya sus actividades en las islas. Recientemente, una compañía, la Rockhopper, anunció que estaba buscando un socio para un proyecto de exploración valorado en 2.000 millones. Otras compañías británicas, Borders & Southern Petroleum y Falkland Oil and Gas Ltd. ha comenzado a explorar dos pozos exploratorios este año en aguas más profundas al sur de las islas.
Edison Investment Research, una firma londinense de análisis financiero publicó el pasado mes un informe optimista sobre las reservas de petróleo en las Malvinas. Según dicho análisis, la zona marítima situada al sur de las islas podría tener hasta 10 veces más petróleo que los 450 millones de barriles que constituyen las reservas estimadas del campo de Sea Lion, con ingresos potenciales superiores a los 100.000 millones de dólares.
Argentina afirma que las actividades de exploración y extracción de petróleo por el Reino Unido son ilegales y ha prometido emprender acciones legales contra las compañías que lleven a cabo estas operaciones. “Emprenderemos acciones administrativas, civiles y penales contra las compañías que participen en la exploración”, dijo el ministro de Exteriores argentino, Hector Timerman. Él indicó que Argentina había notificado a dichas compañías “que están actuando ilegalmente”.
Las esperanzas de los isleños
Por su parte, los habitantes de Las Malvinas (conocidas como las Falkland en el Reino Unido) esperan que el petróleo dé un impulso a la economía de las islas, que hasta muy recientemente era casi inexistente. La mayor parte de la misma giraba en torno a la producción de ganado ovino y agricultura para el autoconsumo. La mayoría de los habitantes vivían de los subsidios del Reino Unido.
Después de la guerra de 1982, la situación cambió por dos factores: la concesión de las licencias de pesca, que ha llevado al establecimiento en las islas de representantes de diversas compañías pesqueras internacionales, y el establecimiento de unas instalaciones navales y militares.
En la actualidad, los habitantes de las islas gozan de una renta per cápita de 50.000 dólares y muchas empresas han sido establecidas en el territorio. Los residentes esperan ahora que el petróleo pueda dar un impulso aún más fuerte a la economía de las islas y los más optimistas creen que las islas podrían convertirse, gracias a las rentas del crudo, las regalías y los impuestos, en un lugar de enorme riqueza y desarrollo. Todos esperan una fuerte mejora del empleo y las infraestructuras, aunque algunos temen que la pacífica vida de las islas se vea rota con la masiva llegada de técnicos y otros nuevos habitantes.
Muchos también creen que, conocedora de las inmensas riquezas petrolíferas que encierran las islas, Argentina incrementará sus acciones dirigidas a recuperar su soberanía sobre las mismas y esto podría dar lugar a mayores tensiones con el Reino Unido en los próximos años.