El presidente Recep Tayyip Erdogan confirmó a Binali Yildirim, un estrecho aliado durante dos décadas y co-fundador del partido gobernante AKP, como primer ministro...
El nuevo primer ministro turco se prepara para nombrar a su gabinete cuando existen pocas dudas de que su papel será sólo el de refrendar lo que ya se ha convertido en una realidad: un cambio hacia un sistema presidencialista que lleve al presidente Recep Tayyip Erdogan a acumular poderes absolutos.
El domingo, Erdogan confirmó a Binali Yildirim, un estrecho aliado durante dos décadas y co-fundador del partido gobernante AKP, como primer ministro garantizando así la lealtad del gobierno a los cambios constitucionales dirigidos a reemplazar el sistema parlamentario turco por otro presidencialista.
El nombramiento de Yildirim supone así la eliminación de cualquier intento de resistencia dentro del AKP a los planes de Erdogan, dijeron dirigentes del partido a Reuters. El nuevo gabinete, que será anunciado el martes, sólo contendrá lealistas al presidente.
“Hemos entrado en un período de sistema presidencialista de facto, donde las políticas de Erdogan serán implementadas muy claramente”, dijo uno de los responsables. “Las decisiones de Erdogan serán aprobadas sin ser tocadas”, dijo el responsable, que habló bajo la cobertura del anonimato.
Los opositores ven en estos movimientos una deriva hacia un sistema autoritario y dictatorial. Los fiscales han abierto más de 1.800 casos contra personas por insultar a Erdogan desde que éste se convirtió en presidente en 2014. Los periódicos de la oposición han sido cerrados y los periodistas y académicos críticos con las políticas del gobierno han sido despedidos.
Los cambios constitucionales requieren la aprobación del Parlamento, es decir, 330 diputados de un total de 550 y, de momento, el AKP no cuenta con tal mayoría. Sin embargo, “el gobierno de un solo hombre ya ha comenzado, incluso aunque no sea constitucional”; dijo Ozer Sencar, director de la empresa de investigación Metropoll, a Reuters.
Un títere de Erdogan
El papel de Yildirim en el apoyo a estos cambios será clave. Él fue el único candidato a la presidencia del AKP, como sucesor del primer ministro, Ahmet Davutoglu, que anunció recientemente su partida debido a sus divergencias con Erdogan.
Experto en cuestiones marítimas, Binali Yildirim fue responsable de la Organización Marítima Internacional. Fue presentado a Recep Tayyip Erdogan cuando este último era alcalde de Estambul, electo como candidato de la formación ultranacionalista Milli Gorus. Nombrado director de IDO (los autobuses marítimos de Estambul), en 1994, Yildirim instauró, en beneficio del alcalde y de sí mismo, un vasto sistema de malversación de fondos públicos.
Desde entonces, la familia de Yildirim ha amasado una fortuna. Su hijo Erkan y su hija Bahar Busra crearon la firma Derin Denizcilik Tasimacilik Sanayi ve Ticaret Limited Sirketi. La familia controla 17 empresas, así como 28 barcos y súper yates. El diputado kurdo Sezgin Tanrikulu (del CHP) había propuesto a la Gran Asamblea la creación de una comisión investigadora parlamentaria para determinar el origen de esta súbita fortuna, pero la mayoría (el AKP) rechazó la proposición.
Ministro de Transportes casi de forma continua desde 2002, Binali Yildirim ha sido el impulsor de los grandes proyectos faraónicos ideados por Erdogan.
Fin de la inmunidad de los parlamentarios
En otra medida que viene a marcar el rumbo de la política turca, el Parlamento, con la mayoría del AKP, ha aprobado una ley que priva a los parlamentarios de su inmunidad y que permitirá perseguir a los diputados de la oposición y en primer lugar a los kurdos. En la actualidad, 138 diputados están siendo investigados, de los cuales 101 pertenecen al partido kurdo HDP y el resto al principal partido de la oposición, el Partido Popular Republicano (CHP).
Los parlamentarios kurdos señalaron que esta ley busca echarles del Parlamento. Una vez expulsados, le sería fácil a Erdogan alcanzar los dos tercios que necesita para crear el sistema presidencialista en Turquía.