La cadena de televisión saudí Al Arabiya ha comenzado a reducir su personal mediante el despido de decenas de periodistas, administradores y técnicos.

Según diversas fuentes, la cadena de televisión saudí Al Arabiya ha comenzado a reducir su personal mediante el despido de decenas de periodistas, administradores y técnicos, comprendiendo a varios que habían estado en la cadena desde su creación en 2003.

Según las fuentes, la dirección del canal notificó el martes y el miércoles el despido de unos 50 empleados. Al igual que el canal qatarí Al Yazira, Al Arabiya no tiene más opción de sobrevivir que llevar a cabo una reestructuración draconiana que incluye fuertes recortes y el cierre de varias oficinas en el extranjero.

Estas dificultades financieras están vinculadas a las dificultades financieras ligadas a la crisis que golpea hoy Arabia Saudí y justifica un plan de austeridad sin precedentes en el reino.

Una segunda razón son las grandes pérdidas registradas por todas las cadenas de propaganda de Arabia Saudí y Qatar desde hace algunos años frente al incremento de otros canales de información alternativos o locales.

La cadena ha despedido a algunas de sus estrellas, como la presentadora de la revista de prensa, Giselle Habib, el director de corresponsales Nayib Bencherif, el portavoz del canal, Nasir Serami, y el consejero en temas egipcios, Hani Nessira. La dirección de Al Arabiya también prevé reducir el número de periodistas de varias nacionalidades que trabajan allí, incluyendo iraquíes, sirios y palestinos, y reemplazarlos por elementos saudíes defensores de la nueva política exterior de Riad.

Otra tercera razón para estos cambios están motivados por la nueva orientación política de Arabia Saudí. Propiedad de la familia reinante saudí, Al Arabiya ha intentado durante 10 años competir con Al Yazira produciendo un discurso menos radical sobre diversas cuestiones que atañen a los países de la región, en especial la cuestión del islamismo. Sin embargo, el canal se alineó en 2011 a favor de la propaganda de la llamada “primavera árabe” haciendo promoción de insurrecciones violentas en algunos países de la región.

Algunos analistas creen que habrá una nueva lista de despedidos en los próximos meses y que los problemas continuarán.