Mohammed Allush, jefe negociador del grupo de Riad, autodenominado Alto Comité Negociador, dimitió de su posición en un encuentro de la capital saudí, Riad.
Mohammed Allush, jefe negociador del grupo de Riad, autodenominado Alto Comité Negociador, dimitió de su posición en un encuentro de la capital saudí, Riad, por la “falta de progresos” en las conversaciones de paz para Siria. Muchos analistas creen, sin embargo, que la dimisión de Allush es sólo un reconocimiento de su fracaso y debilidad en implementar los deseos de los regímenes a los que sirve.
Otro de los jefes de la delegación negociadora, Asaad al Zubi, dijo también al canal Al Hadath TV que también quería abandonar su puesto.
Allush, que es también representante del grupo terrorista Yaish al Islam en el grupo de Riad, apoyados ambos por Arabia Saudí, dijo que las conversaciones de paz no habían logrado tampoco asegurar la liberación de miles de detenidos o llevar a Siria hacia una transición política sin el presidente Bashar al Assad, como desea Arabia Saudí.
La dimisión de Allush fue aceptada por su coordinador, Riad Hiyab. Por su parte, los miembros del grupo de Riad basados en Turquía han pedido un incremento de la ayuda militar a los grupos armados.
Desde el principio, muchos analistas señalaron que Allush carecía de la experiencia política o diplomática para unas conversaciones. Su nombramiento, a instancia del régimen saudí, fue sólo el resultado de su parentesco con el líder terrorista Zahran Allush, fundador y líder emblemático del Yaish al Islam, que falleció en un ataque aéreo sirio el 25 de diciembre de 2015.
Las dos partes no tienen una fecha para la reanudación de las negociaciones después de que el grupo de Riad suspendiera su participación en las mismas.
El gobierno sirio no reconoce el derecho del grupo de Riad a hablar en nombre de toda la oposición, ya que existen otros dos grupos: el Moscú-Cairo y el de Hamaimim, que mantienen posturas mucho más moderadas que la del grupo de Riad, dominado por wahabíes a sueldo de Arabia Saudí y Turquía, y que permanecen comprometidos con las negociaciones. Damasco considera que Allush, como dirigente del Yaish al Islam, es un terrorista.
Recientemente, Rusia presentó una propuesta en la ONU para que el Yaish al Islam, y otro grupo vinculado a Al Qaida, el Ahrar al Sham, fueran declaradas organizaciones terroristas. La hipócrita oposición de EEUU, Francia y el Reino Unido a que tales grupos fueran incluidos en la lista negra de las Naciones Unidas intentó hacer olvidar que este grupo ha sido el responsable de ataques indiscrimiandos con morteros y cohetes contra la población civil de Damasco y otros contra la Embajada de Rusia. Sin embargo, esta actitud occidental no ha engañado a la opinión pública internacional y mucho menos a la siria.
Sabotaje saudí
Arabia Saudí ha estado tratando de sabotear las conversaciones de Ginebra desde el principio. En abril, el grupo de Riad suspendió formalmente su participación en las negociaciones en protesta por las ofensivas del Ejército sirio pero siguiendo, en realidad, las directrices saudíes.
La dimisión de Allush tiene lugar, sin embargo, en un momento en el que los patrocinadores políticos del terrorismo atraviesan dificultades. Turquía mantiene ahora una guerra a gran escala con los kurdos turcos en medio de una crisis política por la dimisión de Ahmet Davutoglu, los crecientes problemas económicos y el enfrentamiento de Erdogan con la oposición política, con una parte de la población turca y con el influyente movimiento de Fethullah Gülen, al que el presidente turco acaba de calificar de “terrorista”.
Arabia Saudí, por su parte, afronta un fracaso en la guerra de Yemen y una creciente crisis económica y financiera, lo que no le impide lanzar bravatas de forma periódica contra Siria a través de su ministro de Exteriores, Adel al Yubeir.
Al mismo tiempo, los países occidentales no quieren ya discutir sobre el destino del presidente Bashar al Assad, que, Siria insiste, corresponde determinar sólo a los propios sirios en unas elecciones.
Entretanto, el Ejército sirio ha tomado toda el área sur de la Guta Oriental, el principal feudo del Yaish al Islam, que sigue enfrascado en una lucha intestina contra otros grupos terroristas.
En realidad, los avances del Ejército sirio en Alepo, la Guta Oriental y otros frentes hará aún más difícil la posición de los negociadores opositores en cualquier negociación sobre el futuro de Siria y cambiará el escenario militar y político en ese país rápidamente y de forma definitiva.