El pueblo de Bahrein ha multiplicado sus acciones de protesta tras la elevación de la pena de 4 años impuesta al líder de la oposición, Sheij Ali Salman...
El pueblo de Bahrein ha multiplicado sus acciones de protesta tras la elevación de la pena de 4 años impuesta al líder de la oposición, Sheij Ali Salman, por un tribunal de primera instancia en junio de 2015 a 9 años en otro fallo de un tribunal superior.
El principal partido de la oposición al gobierno absolutista de la familia Al Jalifa, Al Wefaq, del que Sheij Salman es secretario general, condenó el fallo calificándolo de “provocativo e inaceptable”. Él señaló que “este juicio demuestra que el régimen continúa determinado a ignorar los llamamientos para un arreglo pacífico de la crisis y busca profundizar la crisis política en Bahrein”.
Al Wefaq organizó una sentada de solidaridad en la víspera del proceso contra Sheij Salman exigiendo su liberación. Los participantes subrayaron que este último es un defensor de la paz y las reformas y señalaron que su arresto no detendrá las protestas ni paralizará la búsqueda de una solución política.
Los manifestantes, que llevaban fotos de Sheij Salman, pidieron una transición democrática y el fin de la monarquía absolutista de la familia Al Jalifa, que ha gobernado Bahrein durante los pasados 200 años.
Las autoridades utilizaron la violencia para dispersar a los manifestantes en varias localidades, como Karzakan y Abu Saiba, el jueves 26 de Mayo.
Sheij Salman fue arrestado en diciembre de 2014 tras haber sido acusado de intentar derrocar al régimen en el poder y “colaboración con potencias extranjeras”. Él no ha cesado de pedir reformas democráticas en el reino.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha llamado repetidamente al régimen de Manamá a liberar de manera inmediata al líder de Al Wefaq.
Por su parte, la organización pro-derechos humanos Human Rights Watch ha calificado esta nueva condena a Sheij Salman de “acción peligrosa del régimen que podría incrementar la inestabilidad” en el reino y provocar otra amplia ola de contestación popular similar a la que tuvo lugar en febrero de 2011.
Según las organizaciones pro-derechos humanos, el número de presos políticos en Bahrein ha alcanzado los 4.000.
El domingo, cinco bahreiníes juzgados por “colaboración con Irán” fueron condenados a cadena perpetua y a la pérdida de su nacionalidad, a pesar de los llamamientos de las ONGs y de los gobiernos occidentales para favorecer un arreglo pacífico a la crisis.
Bahrein, un país de mayoría shií, está conectado a Arabia Saudí a través de una autopista sobre el mar y es la base de la Quinta Flota de EEUU.
El país es desde 2011 el escenario de un levantamiento pacífico reprimido sin cesar por el poder. La represión ha dejado un balance de casi un centenar de muertos y centenares de heridos. Miles de opositores están en la actualidad en prisión.