Dos mil trabajadores de la empresa Saudi Oger, propiedad de Saad Hariri, el líder de la Corriente del Futuro del Líbano, han realizado un acto de protesta en la capital saudí, Riad.

Dos mil trabajadores de la empresa Saudi Oger, propiedad de Saad Hariri, el líder de la Corriente del Futuro del Líbano, han realizado un acto de protesta en la capital saudí, Riad, por el impago de sus salarios desde hace largos meses.

Los medios libaneses informan que los trabajadores, que proceden del Líbano, de Arabia Saudí y otros países árabes, africanos y asiáticos irrumpieron en la Oficina del propietario de de la sociedad BTP “Saudi Oger”, Saad Hariri. Ellos causaron importantes daños materiales en el edificio y la policía saudí intervino para que estas protestas no se extendieran a otros barrios de Riad.

Los trabajadores han llevado también su protesta a las redes sociales: “¿Hasta cuándo la opresión contra los trabajadores y asalariados de Saudi Oger?”, “El mes de Ramadán ha llegado y nuestro Creador está al corriente de todos vuestros actos”, se podía leer en Facebook.

La crisis financiera en Arabia Saudí está motivada por las malas políticas saudíes como la campaña puesta en marcha por el reino para la reducción de los precios del petróleo, el apoyo a los grupos terroristas takfiris a través del mundo, y más concretamente en Siria e Iraq, y el lanzamiento de una guerra de agresión fracasada contra Yemen. No sólo Saudi Oger está afectada por esta crisis, sino también otras muchas compañías saudíes.

Los trabajadores de Saudi Oger no han recibido sus salarios desde hace ocho meses y el hombre fuerte y segundo príncipe heredero del país, Mohammed bin Salman, ha declarado en varias ocasiones que si la situación era culpa de Hariri, porque hubiera realizado gastos extravagantes, el gobierno saudí apoyaría a los trabajadores en caso de protestas. Los analistas precisan que se trataría de una estratagema de Mohammed bin Salman para apoderarse de la empresa.

Otros observadores creen que este repentino ataque a la Oficina de Hariri es una reacción de los dirigentes saudíes, y especialmente de Bin Salman, a las recientes declaraciones del ministro del Interior libanés, Nouhad Machnouk, que recientemente se quejó por las presiones saudíes sobre el Líbano y sobre Saad Hariri.