Miles de yemeníes, incluyendo estudiantes y diputados, se unieron a una protesta cerca del campus universitario en la capital, Sanaa, el lunes pidiendo la dimisión del presidente Ali Abdula Saleh.
Miles de yemeníes, incluyendo estudiantes y diputados, se unieron a una protesta cerca del campus universitario en la capital, Sanaa, el lunes pidiendo la dimisión del presidente Ali Abdula Saleh.
Las fuerzas de seguridad rodearon a los manifestantes, mientras éstos se reunieron en una plaza cercana llevando pancartas como “El Pueblo Quiere el Cambio”, “El Pueblo Quiere Derribar el Régimen” y “Vete”.
Saleh, que ha ocupado el poder desde 1978, dijo el lunes que sólo una derrota en las urnas le hará dimitir. “Aunque ellos quieren que dimita, yo saldré sólo a través de las urnas,” dijo Saleh en una conferencia de prensa, mientras los manifestantes, incluyendo diputados de la oposición, se reunieron en el exterior de la Universidad de Sanaa. “La oposición está elevando el nivel de sus demandas, algunas de las cuales son ilícitas,” dijo el líder yemení. Saleh afirmó que las protestas no eran “nada nuevo” y acusó a sus oponentes de haber estado detrás de las manifestaciones desde hacía tiempo.
En el Sur del país, la Policía disparó contra un manifestante en la capital regional, Adén, elevando el número de muertos a 12 en la ciudad desde el 16 de febrero, según un recuento de AFP.
Los diputados de la oposición, que prometió tomar las calles en una declaración emitida el domingo, se unieron a los estudiantes que se manifestaron en los pasados nueve días. El Foro Común, una alianza de grupos de la oposición parlamentaria, pidió a todos los ciudadanos el domingo que “se unan a los jóvenes que protestan... en las manifestaciones contra la opresión, la tiranía y la corrupción”, según una declaración recibida por AFP.
Respondiendo a los previos llamamientos realizados a principios de este mes por el gobierno para reanudar el diálogo, que ha estado bloqueado desde octubre, la oposición parlamentaria se abstuvo de convocar protestas desde el 3 de febrero. “Sin embargo, tras el baño de sangre, y después de que el gobierno haya enviado sus matones a las calles, insistimos en que no habrá diálogo con balas y bastones” y con un régimen que “trae a matones para que ocupen los lugares públicos y aterroricen al pueblo,” dijo la declaración.
Por su parte, los sabios musulmanes yemeníes han emitido una declaración el lunes prohibiendo el uso de la fuerza contra los manifestantes, hecho éste que ha sido descrito como un “crimen”, y pidieron que se detengan los arrestos arbitrarios y las torturas. “Cualquier acto de golpear o matar a los manifestantes es un crimen deliberado”, dijo la asociación de clérigos yemeníes, encabezada por Sheij Abdul Mayid Zindani.
Los sabios han pedido que se prohíban “los arrestos arbitrarios y (todas las formas de) tortura” y señalaron que las manifestaciones pro-gubernamentales deberían “ser celebradas lejos de las de protesta para evitar los choques mortales de los pasados días”.