El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha admitido que su decisión de retirar a la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen de una lista negra estuvo motivada por las amenazas de Riad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha admitido que su decisión de retirar a la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen de una lista negra estuvo motivada por las amenazas de Riad.
Ban dijo que la “retirada temporal” (permanente, según fuentes saudíes) de la coalición saudí de la lista de países y organizaciones que cometen crímenes contra los niños había sido “una de las decisiones más difíciles y dolorosas” que él había tenido que tomar, añadiendo que esto había aumentado “la perspectiva real de que millones de otros niños puedan llegar a sufrir gravemente”.
“Niños que se encuentran en peligro en Palestina, en el Sur de Sudán, en Siria, en Yemen y en muchos otros lugares caerán en la desesperación”, dijo Ban en esta sorprendente autocrítica.
El secretario general de la ONU añadió que era inaceptable que los estados miembros “ejerzan una presión indebida” sobre la organización internacional y dijo que la vigilancia era “una parte natural y necesaria del trabajo de Naciones Unidas”.
Ban no explicó, sin embargo, por qué había cedido al chantaje, algo intolerable para el cargo que ocupa.
Estos comentarios de Ban tuvieron lugar poco después de que una fuente diplomática confiara a Reuters, bajo la condición del anonimato, que la ONU había hecho frente a la “intimidación, amenazas y la presión” por parte de Riad, añadiendo que se trató de “un chantaje real”.
La fuente indicó asimismo que había una “amenaza de clérigos (wahabíes) reunidos en Riad de emitir una fatua contra la ONU calificándola de “antimusulmana” y en la que ellos pedirían que la Organización de la Conferencia Islámica no tuviera ninguna relación ni prestara ningún apoyo a los proyectos de la ONU. Esto fue, sin embargo, un farol por parte de Arabia Saudí, cuyo régimen es ampliamente aborrecido por las masas musulmanas del mundo.
Arabia Saudí también amenazó con cortar su financiación a la Agencia de Socorro y Obras Públicas de las Naciones Unidas (UNRWA), que se encarga de los temas de los refugiados palestinos. El pasado año, Arabia Saudí fue el cuarto mayor donante a la agencia, con unos 100 millones de dólares.
