Si la Embajada de EEUU continúa molestando a Bolivia, como lo está haciendo ahora, entonces es mejor cerrarla, porque somos anti-imperialistas, anti-capitalistas y anti-neoliberales, dijo el presidente Morales.
El presidente boliviano, Evo Morales, ha advertido que cerrará la Embajada estadounidense en La Paz si Washington se sigue interfiriendo en los asuntos internos de Bolivia.
“Si la Embajada de EEUU continúa molestando a Bolivia, como lo está haciendo ahora, entonces es mejor cerrarla, porque somos anti-imperialistas, anti-capitalistas y anti-neoliberales”, dijo Morales el domingo.
Las declaraciones de Evo Morales se produjeron tras una serie de protestas contra su gobierno en las últimas semanas, cuyo origen el presidente vincula a la intromisión estadounidense, que busca debilitarlo. El ejecutivo de Bolivia ha acusado en concreto a funcionarios de la Embajada norteamericana de promover una marcha indígena en contra de un proyecto de autopista y ha señalado que dichos funcionarios han estado en contacto con los líderes del movimiento de protesta.
Estas alegaciones han sido reproducidas por un diputado boliviano, Juan Ramón Quintana, que es también director de la agencia gubernamental para el desarrollo. Él ha acusado concretamente a la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID) de intentar desestabilizar el gobierno. “La expulsión de la USAID sería un acto de soberanía,” dijo Quintana. Quintana dijo poseer documentos que prueban que responsables de la agencia están detrás del movimiento de protestas.
Morales ha criticado públicamente en repetidas ocasiones las políticas estadounidenses hacia su país, alegando que varias organizaciones no gubernamentales (ONGs) han participado en actividades de espionaje contra el país por cuenta de EEUU.
El presidente Morales expulsó el ex embajador estadounidense en La Paz, Philip S. Goldberg, en 2008, con el argumento de que estaba tratando de socavar el gobierno de Bolivia. El mandatario boliviano insistió en que Goldberg había incitado a los líderes de la oposición a exigir de la autonomía de las tierras bajas orientales del país.
Aunque ambos países acordaron hace pocas fechas normalizar sus relaciones, Morales ha señalado que Bolivia no permitirá que los agentes de la DEA (la agencia anti-droga de EEUU) vuelvan a Bolivia. Morales insiste en mantener los cultivos tradicionales de coca y rechaza las presiones norteamericanas para que éstos sean destruidos.
Morales, que fue líder de los cocaleros antes de su elección como presidente en 2005, afirmó que había sido personalmente víctima de agresiones en una época en la que los agentes estadounidenses controlaban la Policía y el Ejército del país. “Ellos nos reprimían en Bolivia, pero eso ya ha terminado,” concluyó el presidente.