Los empleados del gigante saudí de construcción Grupo Bin Laden, propiedad de la familia de Bin Laden, han incendiado varios edificios que ellos habitaban en Meca.

Los empleados del gigante saudí de construcción Grupo Bin Laden, propiedad de la familia de Bin Laden, cuyo componente más conocido fue Osama Bin Laden, el líder de Al Qaida, han incendiado varios edificios que ellos habitaban en Meca.

Irritados por sus salarios impagados, los empleados del grupo han expresado su cólera incendiando dichos edificios que pertenecen a la empresa.

Las fuerzas de seguridad saudíes se presentaron en el lugar para disolver a los manifestantes y arrestar a los causantes del fuego.

La caída de los precios del petróleo, los costos enormes de la guerra de Yemen, los sobornos multimillonarios que concede el régimen saudí a otros gobiernos para comprar su apoyo político y el derroche de la familia real son factores que provocan la asfixia económica del país.

Hace pocos días los trabajadores de Oger Saudi ocuparon también el edificio de la compañía en Riad para protestar por el prolongado impago de salarios.

Ambas compañías han perdido importantes proyectos públicos tras la decisión del reino saudí de congelarlos debido a la deuda presupuestaria que ha ido acumulando el Estado. Esta congelación está afectando gravemente a muchas empresas saudíes.

El economista francés Michel Santi publicó un artículo en La Tribune el pasado 25 de agosto en el que señaló que una gran tempestad de arena acecha al reino wahabí y cree que “Arabia Saudí sufrirá grandes problemas económicos dentro de unos dos años y se verá confrontada a una crisis existencial en el plazo de cinco". Ella precisaría de un petróleo a 106 dólares el barril para equilibrar su presupuesto, pero no puede ya soñar con tales precios en presencia de una industria del fracking caracterizada por el dinamismo y la innovación.

Santi no es el único experto en pronosticar un declive económico acelerado del reino wahabí. Numerosos expertos no dudan en predecir una catástrofe económica en Arabia Saudí en los próximos diez años y un declive irreversible del reino.