Los fuertes choques verbales que se producen habitualmente entre responsables iraquíes y saudíes desde hace meses se incrementaron el miércoles.
Los fuertes choques verbales que se producen habitualmente entre responsables iraquíes y saudíes desde hace meses se incrementaron el miércoles después de que Al Yubeir pidiera la supresión del movimiento iraquí Hashid al Shaabi.
El Yubeir, un político caracterizado por sus amenazas huecas contra los gobiernos de la región, declaró ante periodistas en París que las Fuerzas de Movilización Popular o Hashid al Shaabi deberían ser retiradas de la lucha contra el EI porque “incitan a las divisiones en Iraq” y son “una milicia sectaria dirigida por Irán”.
Al Yubeir acompañaba en ese momento al príncipe heredero Mohammed Ben Salman durante una visita de responsables saudíes a la capital francesa.
La respuesta de las autoridades iraquíes no se ha hecho esperar. El primer ministro, Haider al Abadi, convocó al embajador saudí en Bagdad, Zamir al Sabhan, al que explicó que los saudíes deben cumplir las leyes internacionales en materia diplomática y evitar interferirse en los asuntos internos de Iraq.
Por su parte, Qassim Albayri, presidente de la facción Badr en el Parlamento iraquí, ha pedido a la ONU que derroque al régimen saudí en base al Artículo 7 de la Carta de las Naciones Unidas que busca atacar a las raíces del terrorismo y el extremismo religioso. Él recordó que el régimen saudí está en el origen del terrorismo internacional.
Varias organizaciones políticas iraquíes han pedido también la expulsión del embajador saudí del país por sus groseras injerencias en los asuntos internos del país.