Corea del Norte ha construido fábricas de municiones en Namibia y ha enviado piezas para misiles a Egipto, según un reciente informe de la ONU.
A pesar de los continuos reportajes aparecidos en la prensa occidental acerca del aislamiento de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) o Corea del Norte en el ámbito internacional, lo cierto es que este país mantiene relaciones estrechas con varios países del Sur. Esto incluye relaciones económicas y de seguridad con África.
Corea del Norte ha construido fábricas de municiones en Namibia y ha enviado piezas para misiles a Egipto, según un reciente informe de la ONU. Recientemente, el régimen de Uganda ha cortado sus relaciones con Corea del Norte, que había proporcionado durante años asistencia a Uganda en el terreno del entrenamiento policial -concretamente en artes marciales-. El anuncio fue realizado tras una entrevista entre la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y el presidente ugandés, Yoweri Museveni, lo que implica que hubo presiones sobre este último para tomara tal medida. Esta última fue presentada por los medios surcoreanos y occidentales como un revés importante para la política de Corea del Norte en África, pero supone, en realidad, un hecho muy pequeño en relación al desarrollo global de las relaciones entre ambas partes.
Compañías norcoreanas trabajan en Namibia y Eritrea. Namibia es un país que salió de la guerra contra el apartheid sudafricano logrando su independencia tras una larga lucha de la guerrilla del SWAPO. Eritrea sufre también presiones de algunos países occidentales. Según la ONU, Corea del Norte ha construido una fábrica de municiones en Windhoek, la capital de Namibia, y este país señaló que una compañía norcoreana está trabajando en “varios proyectos de construcción militar”, incluyendo una academia militar y la construcción de los cuarteles del Ministerio de Defensa. La ONU, bajo la presión de EEUU, ha intentado sabotear estos proyectos alegando que violan las actuales sanciones contra Pyongyang.
Corea del Norte ha intensificado sus aperturas hacia África tras el viaje de Park. El presidente norcoreano, Kim Yong-nam, visitó nueve estados africanos a finales de mayo, entre ellos Angola, Guinea Ecuatorial, la RD del Congo y Burundi, países que mantienen una histórica cooperación con Pyongyang y de oposición a los intentos occidentales de imponerles una determinada política. Algunos de estos estados, como Angola y Guinea Ecuatorial, son exportadores de petróleo, lo cual les da una suficiente capacidad para rechazar las injerencias occidentales en sus decisiones de política exterior.
Durante su viaje a Guinea Ecuatorial, Kim se reunió con el presidente Teodoro Obiang, un encuentro que fue saludado por los medios norcoreanos, como la Agencia Central de Noticias de Corea (KNCA). Los vínculos entre ambos países se remontan a poco después de la independencia de Guinea Ecuatorial de España. Corea del Norte ha mantenido consejeros militares en el país durante años.
Angola ha mostrado también su interés en cooperar con Corea del Norte en temas económicos y de seguridad. Estos vínculos han creado consternación en los países occidentales, en especial por el papel protagonista de Angola en África. Angola mantiene también vínculos privilegiados con Cuba y se benefició del apoyo de ambos países en su lucha constante contra el régimen del apartheid sudafricano hasta la caída de este último a principios de los noventa. En 2011, Angola compró lanchas patrulleras a Corea del Norte.
La República Democrática del Congo compró también pistolas a la RPDC en 2014 y contrató a 30 instructores norcoreanos para formar a la policía y la guardia presidencial. El Congo mantiene una actitud tirante con EEUU, lo cual favorece también las relaciones entre el país y Corea del Norte.
Burundi ha sufrido asimismo las críticas occidentales hacia su proceso político y sufre sanciones en lo que se refiere a la adquisición de armas. Esto convierte a Corea del Norte en un valioso socio para el país.
En resumen, Corea del Norte ha adquirido vínculos estrechos con varios países africanos en las últimas décadas y ha trabajado para mantenerlos y desarrollarlos. Frente a ello, la política occidental -y surcoreana- ha sido la utilización de las sanciones de la ONU con el fin de intentar sabotear las relaciones entre Pyongyang y los estados africanos. Sin embargo, dado que muchos de estos últimos sufren también medidas de presión por parte de las naciones occidentales, la relación con Corea del Norte se ha convertido en muy valiosa para ellos, especialmente dado que el país asiático no sujeta sus acuerdos a condiciones políticas y maneja unos precios más competitivos que las compañías occidentales.