Manifestantes en Bahrein continúan expresando su condena de la decisión del régimen absolutista pro-saudí de la familia Al Jalifa de privar de su nacionalidad al líder religioso shií de Bahrein.

Manifestantes en Bahrein continúan expresando su condena de la decisión del régimen absolutista pro-saudí de la familia Al Jalifa de privar de su nacionalidad al líder religioso shií de Bahrein, Sheij Isa Qassem y expresaron su solidaridad con el mismo.

El domingo por la noche, decenas de personas tomaron las calles de la ciudad de Diraz, situada a unos 12 kms al oeste de la capital, Manamá, para expresar su condena por las medidas contra Sheij Qassem y para pedir reformas democráticas y el fin de la discriminación contra la mayoría shií en el país.

Sheij Qassem es el líder espiritual del principal bloque de oposición de Bahrein, la Sociedad Nacional Islámica Al Wefaq, cuyo secretario general, Sheij Ali Salman, otro prominente clérigo shií, ha estado en prisión desde diciembre de 2014.

Los manifestantes llevaban retratos de Sheij Qassem, de 79 años, encendieron velas, cantaron eslóganes y portaban pancartas en apoyo al líder religioso y de condena a la dinastía gobernante.

Las autoridades de Bahrein privaron a Sheij Qassem de su nacionalidad el 20 de Junio. Menos de una semana antes, ellos suspendieron al partido Al Wefaq y disolvieron la Asociación Islámica Al Risala y la Institución de Iluminación Islámica, fundada por Sheij Qassem.

Decenas de opositores bahreiníes llevaron también a cabo la Oración del Eid el Fitr ante la casa del clérigo hace unos días.

Las manifestaciones han sido especialmente numerosas en la ciudad de Diraz, uno de los focos de la oposición al régimen. Las manifestaciones en esta zona se han convertido en violentas tras la intervención de la policía y el uso de gases lacrimógenos.

Todo ello se produce en un contexto de incremento de la represión en Bahrein. Un tribunal de ese país condenó recientemente a seis bahreiníes a cadena perpetua y a otros dos a 15 años por “poseer armas” y “espiar”, según una fuente judicial. Los ocho condenados fueron también privados de su ciudadanía, indicó el periódico Daily Star.