Un portavoz del grupo Ahrar al Sham ha señalado que el grupo terrorista no participará en los combates de las Granjas de Shebaa, en el norte de Alepo, contra el Ejército sirio y las fuerzas populares.
Un portavoz del grupo Ahrar al Sham ha señalado que el grupo terrorista no participará en los combates de las Granjas de Shebaa, en el norte de Alepo, contra el Ejército sirio y las fuerzas populares y subrayó que aquellos que están tomando parte en esta batalla están condenados a sufrir una aplastante derrota.
Abu Yusuf al Muhayir escribió en su página web que la batalla en el norte de Alepo está perdida y expresó su sorpresa de la participación de algunos grupos en los choques de las Granjas de Maalah. Él señaló que Ahrar al Sham no ha enviado a ningún grupo a la región debido a la débil posibilidad de victoria frente al Ejército y las fuerzas populares y al temor a sufrir grandes daños y bajas.
Los medios señalan que los terroristas del movimiento Nur al Din al Zanki, del Frente al Nusra y del Ejército Sirio Libre (ESL) son quienes han participado en esta batalla en el norte de Alepo, que se ha saldado con una fuerte derrota para ellos.
Varios informes señalaron el miércoles que los terroristas de Nur al Din al Zanki se vieron obligados a retirarse de sus posiciones cercanas a la región estratégica de las Granjas de Maalah y la ruta del Castillo después de intensos combates contra otros grupos terroristas, incluyendo el Frente al Nusra, y las derrotas sufridas a manos del Ejército sirio en las pasadas dos semanas.
Al Qaida preparada para “resistir el asedio” en Alepo
Por su parte, portavoces del Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaida, han afirmado que el grupo había previsto la toma por parte del Ejército de la Carretera del Castillo y ha recogido suficientes alimentos y municiones como para “resistir meses de asedio”, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters. Al Nusra ha intentado, sin embargo, recuperar la ruta del Castillo, aunque ha fracasado en tales intentos hasta el momento.
Al Nusra se ha ido apoderando de los barrios del este del Alepo que escapan al control del Ejército. Sin embargo, su posición en la ciudad tras la liberación de la Carretera del Castillo es muy precaria, especialmente debido a la oposición de la población a su presencia.