Los líderes árabes, reunidos el jueves en una cumbre en Bagdad, han evitado pedir la dimisión del presidente sirio Bashar al Assad y solicitar apoyo para armar a los rebeldes, como lo habían hecho en el pasado.
Los líderes árabes, reunidos el jueves en una cumbre en Bagdad, han evitado pedir la dimisión del presidente sirio Bashar al Assad y solicitar apoyo para armar a los rebeldes, como lo habían hecho en el pasado, cuando llegaron a presentar en la ONU un plan para pedir la transferencia de las funciones del jefe de Estado sirio a su vicepresidente.
La cumbre se limitó a pedir al régimen y a la oposición un diálogo “serio” y a rechazar cualquier intervención militar en Siria.
Con la excepción de Túnez, ninguno de los 21 países representados pidió directamente la salida del poder del Presidente Assad durante la primera cumbre de la Liga Árabe celebrada en Bagdad en más de 20 años.
Un total de diez jefes de Estado de los países miembros asistieron a la cumbre. Siria estuvo ausente debido a que la Liga Árabe ha suspendido su pertenencia a la misma. Un funcionario sirio indicó recientemente que Damasco rechaza, por lo tanto, cualquier iniciativa de la Liga Árabe.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, mostró una fuerte oposición a la idea de armar a los insurgentes sirios. “Nuestra experiencia en Iraq es que el armar a las partes en el conflicto llevará a una guerra regional e internacional por el poder en Siria”, dijo. Este hecho “sentaría las bases para una intervención armada extranjera en Siria, lo que socavaría la soberanía de un país árabe hermano”, dijo.
La oposición “abandonada”
“Los árabes nos han abandonado (...) pero nuestra determinación nos dará la victoria”, señaló el sitio de Revolución Siria 2011, que ha pedido a los sirios, como todos los viernes desde hace un año, que se manifiesten en contra del régimen.