Varios medios árabes han señalado que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue alertado por Rusia de un inminente golpe de estado horas antes de que éste se iniciara el viernes...
Varios medios árabes han señalado que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue alertado por Rusia de un inminente golpe de estado horas antes de que éste se iniciara el viernes mientras medios occidentales han señalado que Erdogan fue aconsejado por Irán en las primeras horas del golpe para que movilizara a sus seguidores en las calles.
Varios periódicos árabes citaron fuentes diplomáticas en Ankara, que señalaron que la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT) recibió informes de inteligencia de su homólogo ruso que advirtieron de un inminente golpe militar.
El Ejército ruso detectó intercambios de información muy sensible entre altos oficiales del Ejército y mensajes codificados que mostraban que un grupo de militares estaba preparando un golpe contra el gobierno de Ankara.
Los diplomáticos no están seguros de qué estación rusa interceptó los mensajes, pero creen que la unidad de inteligencia del Ejército ruso desplegada en Hamaimim, en la provincia de Latakia, en el norte de Siria, está equipada con sistemas electrónicos y de escucha que pueden recoger información muy sensible para los militares rusos que están llevando a cabo una misión antiterrorista en Siria.
Esta ayuda rusa refleja el cambio profundo que Erdogan ha llevado a cabo en su política hacia Rusia antes del golpe. Él pidió excusas por el derribo del avión ruso Su-24 en noviembre. Cuatro días después del golpe, los dos pilotos que derribaron el avión ruso fueron arrestados. Ellos fueron acusados además de tener “vínculos con el golpe”.
El domingo, un día después del fracaso del golpe, el presidente ruso, Vladimir Putin, llamó a Erdogan describiendo el intento de golpe como “inaceptable” y expresando su esperanza de un rápido retorno a la estabilidad.
Algunas fuentes diplomáticas señalan que el giro de 180 grados dados por Erdogan y anunciado sólo una semana antes del golpe “había sido una causa fundamental que empujó a varios estados extranjeros a provocar el golpe y prometer apoyo a los militares que lo fueran a llevar a cabo”. Este mismo giro, sin embargo, podría haber salvado a Erdogan si es cierto que Rusia proporcionó información de inteligencia vital a este último.
En Ankara, fuentes oficiales señalan que algunos altos generales del Ejército turco habían sido informados del golpe por el MIT horas antes de que éste tuviera lugar. Según el periódico Hurriyet, algunos altos generales lograron suprimir el golpe debido a los datos de inteligencia suministrados por el servicio de inteligencia turco cinco horas antes de que la intentona tuviera lugar. Algunas informaciones señalan, sin embargo, que los golpistas iniciaron la operación seis horas antes del tiempo que estaba fijado, sorprendiendo así al gobierno y a los mandos lealistas. Esta decisión fue fruto al parecer de que ellos comprendieron que sus planes habían sido descubiertos y decidieron actuar.
Estas declaraciones oficiales turcas se ajustan perfectamente a la información publicada en los medios árabes sobre la alerta rusa llegada a Ankara pocas horas antes.
Por otro lado, Erdogan contactó con los iraníes sólo dos horas después de que el golpe se iniciara. Varios altos responsables de seguridad y de política exterior de Irán estuvieron en constante contacto con el presidente turco y sus ministros. Irán condenó el golpe también dos horas después de que éste empezara.
Responsables políticos y de seguridad iraníes aconsejaron a Erdogan que movilizara a sus partidarios en la calle para frenar el golpe. El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif, estuvo al teléfono con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, cuyo gobierno estaba bajo la amenaza de ser derrocado. Ali Shamjani, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional Supremo de Irán, estaba en otra línea con responsables de seguridad de Ankara.
Y el general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, estuvo revisando diversos escenarios que podrían surgir.
Un alto responsable iraní dijo a la publicación Al Monitor que “sabemos que el golpe estuvo provocado por fuerzas extranjeras... Erdogan está hoy buscando jugar un mejor papel en la región y fue por esto que quisieron derrocarle. Hubo un mensaje que fue transmitido a los responsables de seguridad turcos: “No dejéis las calles. Este golpe puede constar de varias olas. Ocurrió así en Irán en 1953. Cuando el primer golpe falló, ellos tenían otro preparado y tuvieron éxito”.
Sólo cuatro días después del golpe, Erdogan apareció en los medios y anunció planes para llevar a cabo un cambio fundamental en su política exterior que “pondrá fin a las diferencias con los países vecinos”. Esto ha sido visto como una referencia clara a Siria. No hay duda de que la política turca hacia el presidente Bashar al Assad está a punto de cambiar.
Los vínculos con Rusia e Irán se fortalecerán. Erdogan visitará a principios de agosto Moscú y allí llegará a acuerdos relevantes con el presidente Vladimir Putin, que elevarán las relaciones bilaterales al nivel de una “cooperación estratégica”.
Erdogan ha mantenido también una reciente conversación telefónica con el presidente iraní, Hassan Rohani, en la que éste se felicitó por el fracaso del golpe y ambos abordaron el fortalecimiento de sus relaciones bilaterales y la cooperación a nivel regional.