El escepticismo fue predominante en la Conferencia de Amigos de la Siria, que se celebró en Estambul. Rusia, China, Iraq e Irán, como era de esperar, no participaron en la reunión.
El escepticismo fue predominante en la Conferencia de Amigos de la Siria, que se celebró en Estambul. Rusia, China, Iraq e Irán, como era de esperar, no participaron en la reunión.
Incluso, Kofi Annan estuvo representado por su asistente ejecutivo.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha tratado de dar un mensaje de esperanza al mundo acerca de la eficacia de la reunión.
“Siria no ha cumplido sus promesas (...) Con esta tragedia humanitaria en Siria, es el momento de actuar”, dijo Erdogan en la sesión de apertura.
Pero ya no se trataba de armar la oposición siria dadas las reservas de muchos países, o incluso de sustituir al presidente sirio Bashar al Assad. La conferencia fue un intento desesperado por salvar la cara de una oposición siria profundamente dividida.
Y, por lo tanto, los temas principales de la reunión fueron: el plan de Annan, el estatus del Consejo Nacional Sirio, la ayuda humanitaria para los civiles, y las conversaciones para poner fin a la violencia en Siria.
Esta segunda conferencia de los Amigos de Siria tuvo lugar en un centro de convenciones de la metrópolis turca, en presencia de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, varios jefes de la diplomacia de los líderes europeos y árabes, y el Consejo Nacional Sirio (SNC), el principal grupo de la oposición.
Los “amigos del pueblo sirio” reconocieron al Consejo Nacional Sirio (SNC), el principal grupo de oposición, como su “principal interlocutor” e hicieron un llamamiento a todos los opositores sirios para unirse a esta coalición, dijo el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé.
Además, la conferencia creará un grupo de trabajo para adoptar sanciones contra el régimen sirio, que “se reunirá en París dentro de quince días”, dijo Juppé.
Tenemos que apoyar el derecho a la “autodefensa” de los sirios frente a la represión si la ONU no actúa, añadió el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
“Si el Consejo de Seguridad (ONU), una vez más, deja pasar una oportunidad histórica, no habrá opción para la comunidad internacional más que apoyar el derecho a la legítima defensa del pueblo sirio”, añadió.
El jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, también pidió a los participantes que ejercieran presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU por ser el instrumento “más vinculante” contra el régimen de Bashar al Assad.
Erdogan advirtió que su país se negaría a apoyar un plan que permitiera al régimen sirio continuar en el poder.
Pero, al mismo tiempo, en Bagdad, el primer ministro iraquí aseguró que el régimen sirio no iba a caer, y que tratar de derrocarlo por la fuerza sólo serviría para exacerbar la crisis en la región.
“Hace un año (que la crisis dura) y el régimen sirio no ha caído. Él no va a caer y ¿por qué debería de hacerlo? Estamos en contra de armar a (la oposición) y cualquier proceso dirigido al derrocamiento del régimen, ya que esto empeoraría la crisis en la región”, advirtió Maliki.
Por su parte, el jefe de la CNS, Burhan Ghalioun pidió a la conferencia que armara a los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS).
“El CNS expresa las demandas del pueblo sirio. Hemos pedido en múltiples ocasiones que se arme al Ejército Libre Sirio. Esperamos que la conferencia de los Amigos de Siria acceda a esta petición”, dijo Galiun.
Esta idea, rechazada por los EEUU y muchos países árabes y occidentales, fue defendida por Qatar y Arabia Saudí, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Saud al Faisal, dijo en Riad durante una entrevista con Clinton que “el armar a la oposición es un deber.”
Clinton se mostró escéptica sobre la aceptación por parte de Siria del plan de Kofi Annan.
El plan de Annan pide el cese de la violencia por todas las partes bajo supervisión de la ONU, la prestación de asistencia humanitaria a las zonas afectadas por los combates y la liberación de personas detenidas arbitrariamente.