Las medidas adoptadas por Rusia impidieron a la OTAN atacar a Siria en septiembre de 2013, cuando 624 misiles de crucero estaban preparados para hacerlo.
Las medidas adoptadas por Rusia impidieron a la OTAN atacar a Siria en septiembre de 2013, cuando 624 misiles de crucero estaban preparados para hacerlo, dijo el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.
“La situación en torno a Siria evolucionaba y podemos plantearnos la cuestión de qué habría ocurrido si nuestro presidente (Vladimir Putin) no hubiera hecho aceptar a los norteamericanos la idea de la desmantelación de las armas químicas en Siria. En lo que respecta a los misiles de crucero, había unos 624, todos preparados para atacar a Siria de forma masiva”, indicó el ministro de Defensa ruso.
Según él, habría sido extremadamente difícil reconstruir el Estado en Siria después de semejante ataque.
En septiembre de 2013, Rusia ofreció a la Administración Obama una salida a la situación peligrosa en la que se había metido al convencer a EEUU que se podía resolver de forma pacífica la crisis producida por los ataques químicos en la Guta Oriental, en agosto de 2013. Posteriores informes demostraron que se trató de una crisis provocada por los grupos terroristas sirios que utilizaron armas enviadas por el jefe de la Inteligencia saudí, príncipe Bandar bin Sultan, que quería usar los ataques con gas sarin como excusa para provocar una intervención occidental contra Siria. Los expertos señalaron más tarde que el gas sarin usado en el ataque no era del tipo que tenía el Ejército sirio en sus arsenales.
¿Qué ocurrió con el lanzamiento de dos misiles en el Mediterráneo?
Por otro lado, una fuente diplomática dijo en aquel tiempo al diario As Safir que “la guerra de EEUU contra Siria comenzó y terminó en el momento en que dos misiles balísticos fueron disparados, dejando tras de sí una información confusa, ya que Israel negó haberlos lanzado mientras que Rusia confirmó el lanzamiento. Poco después, una declaración israelí afirmó que ellos fueron disparados en el curso de unas maniobras conjuntas con EEUU y que habían caído en el mar, añadiendo que los lanzamientos no estaban relacionados con la crisis en Siria.
El diario libanés señaló, sin embargo, que fueron “las fuerzas estadounidenses las que dispararon los dos misiles desde una base de la OTAN en España” y que ellos fueron instantáneamente detectados por los radares rusos y confrontados por los sistemas de defensa antimisil rusos, de tal modo que uno explotó en el aire y el otro cayó desviado hacia el mar.
En este contexto, la fuente señaló que “las declaraciones emitidas por el Ministerio de Defensa ruso, que revelaron la detección de dos misiles balísticos lanzados con dirección al Oriente Medio, no desvelaron dos puntos: el primero fue la localización desde la que los dos misiles fueron lanzados, y el segundo fue su derribo. ¿Por qué? Porque en el momento en el que los misiles fueron lanzados, el jefe del Servicio de Inteligencia ruso contactó con la Inteligencia estadounidense y le informó que “atacar Damasco significa atacar Moscú”. “Hemos eliminado la información de que derribamos los dos misiles de la declaración para preservar las relaciones bilaterales y evitar una escalada. De este modo, deben considerar inmediatamente sus políticas, enfoques e intenciones en la crisis siria y pueden estar seguros que no pueden eliminar nuestra presencia en el Mediterráneo.”
“Esta confrontación directa entre Moscú y Washington incrementó la confusión dentro de la Administración Obama y su certeza de que el lado ruso estaba dispuesto a ir hasta el final en su apoyo a Siria y que EEUU no tenía otra salida del impasse creado que a través de una iniciativa rusa que permitiera salvar la cara de la Administración Obama,” añadió.
Desde este punto de vista, la fuente diplomática clarificó que “con el fin de evitar una mayor confusión estadounidense y después de que Israel negara saber nada sobre el disparo de los misiles en su primera declaración, lo cual era verdad, Washington pidió a Tel Aviv que asumiera el disparo de los misiles con el fin de salvar su cara ante la comunidad internacional, especialmente dado que estos dos misiles eran el inicio de la operación militar contra Siria, después de lo cual se suponía que Obama iba a acudir a la Cumbre del G-20 en Rusia para negociar el destino del presidente sirio, Bashar al Assad. Sin embargo, él fue allí a buscar una salida del punto muerto en el que se encontraba”.
La fuente indicó además que “después de la confrontación de los misiles entre EEUU y Rusia, Moscú buscó incrementar su presencia naval en el Mediterráneo. También se fijó un plazo para anunciar su iniciativa para impedir la agresión contra Siria a continuación de la Cumbre del G-20, tras los encuentros que tuvieron lugar al margen de la misma y que fueron seguidos por dos visitas sucesivas del viceministro de Exteriores iraní, Hussein Amir Abdul Lahyan, y del ministro sirio de Exteriores, Walid al Muallim, que fueron coordinadas con el lado ruso. En el transcurso de la visita de Muallim se llevó a cabo un anuncio sirio sobre la aprobación de la iniciativa rusa, que ha puesto las armas químicas de Siria bajo supervisión internacional.
Finalmente, la fuente señaló que “uno de los primeros resultados de la confrontación militar ruso-estadounidense fue que la Cámara de los Comunes británica rechazó participar en la guerra contra Siria. Esto fue seguido por la toma de posición de otros gobiernos europeos, como el de Angela Merkel en Alemania, en contra de un conflicto en el país árabe.”