Durante los combates para la toma del Proyecto de Vivienda 1070, el Ejército sirio adoptó nuevas tácticas para defender sus posiciones frente a los ataques de los grupos terroristas.
Durante los combates para la toma del Proyecto de Vivienda 1070, el Ejército sirio adoptó nuevas tácticas para defender sus posiciones frente a los ataques de los grupos terroristas. Así, por ejemplo, los militares sirios ya no atacan la primera oleada de ataque con bombardeos aéreos o artillería sino que más bien utilizan estos últimos contra las segundas y terceras oleadas y la retaguardia de los atacantes, y prefieren rechazar a la primera línea con armas automáticas, ametralladoras y morteros.
Esto tiene como fin aislar la primera oleada de las siguientes y debilitarla.
La aviación siria y la rusa bombardean las rutas de suministro del Yaish al Fatah tanto en Alepo como más lejos, en otros lugares de la provincia o en Idleb, para privar a los militantes de los medios militares y logísticos para lanzar un ataque y mantener las posiciones conquistadas.
Por su parte, el Ejército no ha lanzado tampoco una ofensiva masiva y general para tomar las zonas del Suroeste de Alepo de golpe, lo cual le acarrearía pérdidas costosas, sino que asalta puntos estratégicos concretos y mantiene un bombardeo consistente sobre las demás zonas con el fin de agotar los recursos de los grupos terroristas, en especial en los edificios militares y el distrito de Al Ramusah.
Los militares han impedido también a los grupos terroristas utilizar coches bomba en el ataque destruyéndolos con misiles antes de que se acercaran a sus líneas. Decenas de vehículos blindados han sido destruidos en diversas partes de la zona de combates.
Por último, los militares sirios y sus aliados han escogido la táctica de atacar varios sitios a la vez para ocultar cual es su objetivo principal y dividir los recursos de los terroristas.