El partido saudí Al Umma al Islamiya ha pedido a la familia gobernante de los Al Saúd que ceda el poder a cambio de no ser llevados ante la justicia o exigirles que restituyan al pueblo la riqueza de la que se han apropiado.
El partido saudí Al Umma al Islamiya ha pedido a la familia gobernante de los Al Saúd que ceda el poder a cambio de no ser llevados ante la justicia o exigirles que restituyan al pueblo la riqueza de la que se han apropiado.
Según el sitio web Chabakat Rassd al Ajbariyat, Sheij Mohamed Bin Ganim al Qahtani, un miembro del partido Umma dijo este viernes: “Los Al Saúd han monopolizado el poder y la riqueza del país sin rendir cuentas y sin control hasta el punto que han acabado con cualquier esperanza de salir de una situación así (..) Cualquier retraso en la solución pacífica de la situación hará que todo cambio sea más costoso”.
Y continuó: “Debemos abordar la situación política con un cierto realismo, y por lo tanto, para evitar una revolución que pueda llevar al destronamiento de la familia, esta última debe renunciar a su poder, sus prerrogativas, sus cargos y mantener sólo su condición de familia real, sin poder de gobierno, y dar al pueblo la oportunidad de gobernarse a sí mismo y administrar los asuntos de estado sin la supervisión de una familia o una confesión.”
“Éste es un grito de alarma, una advertencia, un aviso antes de que sea demasiado tarde, antes de que la población se dé plena cuenta de lo que está realmente sucediendo, antes de que los corruptos dañen aún más el país”, agregó Al Qahtani.
Al Qahtani destacó que “los vientos de cambio no evitarán a Arabia Saudí. Esto es inevitable, porque ello se corresponde con el estado de la opinión pública saudí (..) Nadie en el mundo puede detener una revolución popular, no importa la fuerza que sea empleada”.
Él hizo hincapié en “la necesidad de que la familia reinante en Arabia Saudí sea consciente de la urgente necesidad de reformas políticas que preserven la estabilidad y unidad del país, de tal forma que el pueblo pueda perdonar sus errores y no llevarles ante la justicia por su despotismo y su pillaje”.
Y la conclusión de que “hoy un gobernante no tiene el derecho ya de proclamar su derecho al poder bajo el pretexto de que tomó la espada, ni afirmar que su espada es más larga, porque hay ninguna espada más larga que la de la Ummah”.