El Líder Supremo de la Revolución Islámica en Irán ha señalado que “el árbol maldito” de los gobernantes saudíes, la Casa Al Saúd, no merece gestionar los sitios sagrados de Meca y Medina.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica en Irán, Imam Sayyed Ali Jamenei, ha señalado que “el árbol maldito” de los gobernantes saudíes, la Casa Al Saúd, no merece gestionar los sitios sagrados de Meca y Medina.
Durante su encuentro con las familias de los peregrinos musulmanes que fueron martirizados en la tragedia de Mina del pasado año, Sayyed Jamenei criticó a las asociaciones pro-derechos humanos y a los países musulmanes que escogieron permanecer en silencio sobre este hecho.
“Tal silencio es un plaga que afecta a las naciones musulmanas. Es una catástrofe para el mundo islámico”.
“El árbol maldito de los tiranos debería ser privado de las obligaciones derivadas de la gestión del Hayy”, dijo el Líder. “Si lo Al Saúd no son los responsables del incidente de Mina, entonces ¿por qué se han negado a una investigación independiente?”.
“Incluso si esto no fue deliberado, tal impertinencia e incompetencia son una ofensa para el sistema político actual”, dijo el Imam Jamenei.
Su Eminencia añadió que el gobierno saudí estaba actuando con el apoyo de EEUU para “derramar sangre en Yemen, Siria, Iraq y Bahrein”.
“De ese modo, EEUU y los otros soportes de Riad son cómplices de los crímenes y atrocidades saudíes”, dijo el Líder.
El 24 de Septiembre de 2015, un incidente mortal se produjo cuando dos masas de peregrinos convergieron en un cruce en Mina durante la ceremonia simbólica de lapidación de Satanás.
Arabia Saudí afirmó que casi 770 personas murieron en el incidente, pero, según Associated Press, 2.400 peregrinos fallecieron en realidad en la avalancha.