Más de 400.000 personas han sido diagnosticadas con cáncer y otras graves enfermedades vinculadas a los atentados del 11-S, en especial en la Ciudad de Nueva York.
Más de 400.000 personas han sido diagnosticadas con cáncer y otras graves enfermedades vinculadas a los atentados del 11-S, en especial en la Ciudad de Nueva York, señala un reportaje dado a conocer el miércoles.
Según el artículo publicado por Newsweek, las 3.000 víctimas directas de los atentados podrían multiplicarse muchas veces debido a los efectos para la salud que se derivan de los atentados.
El informe indica que de las 75.000 personas que participan en el Programa del Salud del Centro Mundial del Comercio (las Torres Gemelas), 5.441 han desarrollado un tipo de cáncer relativo a los atentados. Algunos de los pacientes han desarrollado más de un tipo de cáncer, lo cual eleva el número de casos de cáncer a 6.378.
En total, unos 70 tipos de cáncer han sido vinculados a los atentados, según el grupo Doctores del Programa de Salud de Centro Mundial del Comercio, creado por el gobierno de EEUU tras los atentados.
El día de los atentados, millones de partículas de materiales cancerígenos que formaban parte de la estructura de las Torres Gemelas fueron liberadas al aire al derrumbarse las mismas. Estas partículas fueron respiradas por millones de neoyorquinos y visitantes de la ciudad y convirtieron a Nueva York en un “pozo negro de cáncer y otras enfermedades”, según el artículo.
Según un informe del grupo Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales, la Torre Norte contenía al menos 400 toneladas de amianto, un material cancerígeno, que fueron liberadas al aire en forma de millones de partículas.
Otros materiales como el plomo y el mercurio fueron también a parar al aire cuando los muebles de oficina, los ordenadores y las luces fluorescentes de los edificios comenzaron a arder. En ocasiones, estos incendios se prolongaron hasta más de 90 días.
“Un desastre medioambiental se produjo cuando cientos, sino miles, de componentes tóxicos fueron enviados de forma simultánea al aire el 11-S en forma de millones de partículas y en una escala sin precedentes”, indica el informe.
Los bomberos y los trabajadores de rescate fueron los más expuestos a lo que los doctores llaman “área de desastre del Centro Mundial del Comercio”. Según el informe, 1.140 personas han muerto hasta ahora por enfermedades relativas al 11-S desde que los atentados tuvieron lugar.
Según responsables de Nueva York, la extensión real de la contaminación y sus efectos colaterales probablemente nunca se conocerán.
“Muchas personas no conectan los síntomas que sufren hoy con los atentados del 11-S”, dijo Mark Farfel, director del Registro Sanitario del Centro Mundial del Comercio, que sigue el estado de salud de los 75.000 trabajadores de los rescates y otros supervivientes.