Algunos analistas rusos consideran que la firma del acuerdo sobre la reducción de la violencia supone un reconocimiento por parte de EEUU de la fortaleza del Ejército sirio y de sus avances.
En primer lugar y aparentemente, la noticia de una tregua en Siria parece una buena noticia. Existe, sin embargo, desde el punto de vista puramente militar un serio interrogante: ¿quien respetará la tregua en el lado de los grupos armados que luchan contra el gobierno sirio? No sólo el EI y el Frente al Nusra -dos grupos ya excluidos de la tregua- han manifestado su rechazo a la misma, sino que un grupo como Ahrar al Sham, cuya clasificación como terrorista EEUU rechazó hace pocas fechas en la ONU, ha manifestado su oposición a la misma.
Esto dejaría como posibles apoyos a la tregua a algunos pequeños grupos respaldados por EEUU, pero que en su conjunto representan muy poco en el campo de batalla y no son un enemigo real ni para el Ejército sirio ni para las organizaciones más extremistas. Muchos de los miembros de estos grupos han llegado ya a sus propios acuerdos de reconciliación con el Ejército sirio y esto ha permitido la pacificación de casi 600 localidades en todo el país. En todo caso, el acuerdo podrá llevar, en el mejor de los casos, a una reducción de la violencia en Siria, pero no a una disminución de los combates en los principales frentes, como el de Alepo, donde el Ejército sirio se enfrenta al Yaish al Islam, una coalición dirigida por el Frente al Nusra.
Algunos analistas rusos, como Dimitri Kosirev, consideran que la firma del acuerdo sobre la reducción de la violencia supone un reconocimiento por parte de EEUU de la fortaleza del Ejército sirio y de sus avances, ya que Washington nunca planteó tales propuestas cuando creía que los grupos armados opositores podrían lograr un cambio de régimen en Damasco. “Está claro que EEUU nunca habría aceptado este acuerdo si hubiera una oportunidad para una victoria para ellos, es decir, para un posible cambio de régimen en Siria. Este acuerdo permite a EEUU continuar siendo una potencia influyente en la región”, afirma.
“El acuerdo se dirige en primer lugar a impedir que Siria y sus aliados, incluyendo Rusia, Irán etc, lancen ataques contra los grupos armados apoyados por EEUU. En teoría, estas milicias deberán ahora dejar de luchar y negociar con Damasco”, dijo Kosirev.
Sin embargo, EEUU continúa hasta la fecha sin separar a los grupos terroristas, como el Frente al Nusra, Yund al Aqsa y otros de los llamados “rebeldes moderados”. Esto es, quizás, porque no puede, dado que estos últimos luchan codo a codo al lado de los primeros. En esta ocasión, EEUU parece haber dado un ultimátum a sus rebeldes en el sentido de que si no se separan de Al Nusra, les cortará su apoyo. Habrá que ver si ellos acaban por efectuar tal distanciamiento y, en caso de que no lo hagan, si Washington cumplirá su palabra y pondrá fin a su apoyo a los mismos.
El EI y al Nusra y los grupos que se alineen con ellos continuarán combatiendo y podrían ser objetivo entonces de una operación conjunta que implique a EEUU, Rusia y las autoridades sirias. Pero si los grupos terroristas tratan de fortalecerse, como ocurrió en la anterior tregua de febrero, Siria, Rusia e Irán reaccionarán y el acuerdo de tregua fracasará.