Horas después de su lanzamiento al espacio, un satélite espía israelí mostró una serie de fallos técnicos múltiples.

Horas después de su lanzamiento al espacio, un satélite espía israelí mostró una serie de fallos técnicos múltiples.

El Ofek-11, del que se esperaba que sirviera al sector militar y el de inteligencia, fue lanzado al espacio desde una base al sur de Tel Aviv el martes.

Al cabo de 90 minutos, los ingenieros advirtieron que algunos sistemas no estaban respondiendo a las instrucciones enviadas desde un centro terrestre.

“Existen una serie de cosas que nos preocupan”, dijo Amnon Harari, jefe del Directorio Espacial del Ministerio de Asuntos Militares de Israel, en declaraciones recogidas por el diario Haaretz.

“Existen algunos mecanismos que no parecen funcionar, pero el proceso de diagnóstico de la situación del satélite continúa”, dijo Ofer Doron, jefe de la sección aeroespacial de las Industrias Aeronáuticas Israelíes. Por su parte, el director ejecutivo de estas últimas, Yossi Weiss, culpó al gobierno israelí de “no mirar a su alrededor” y de invertir sólo pequeñas sumas en esta industria.

A principios de mes, una prueba de lanzamiento en Cabo Cañaveral, Florida, terminó en una explosión que destruyó el Falcon 9, un cohete que pertenecía al fabricante aeroespacial norteamericano SpaceX, y el satélite israelí Amos-6, que iba a ser lanzado al espacio.

Si la misión del Ofek-11 fracasa, esto no sólo significará la pérdida de cientos de millones de dólares sino que Israel se verá obligado a utilizar aviones y drones de reconocimiento más vulnerables y costosos para realizar sus actividades de espionaje.

Isaac Ben-Israel, presidente de la agencia espacial israelí, reaccionó con irritación al incidente: “En lo que respecta a la industria de satélites israelí, esto es un severo golpe que podría arrojar dudas sobre el futuro de la industria si ella no es sacada del lodo en que está sumergida”.