Las evidencias sugieren que la estructura actual gobernante de Arabia Saudí está en las últimas y que la configuración política del reino sufrirá cambios en el curso del próximo año.

Las evidencias sugieren que la estructura actual gobernante de Arabia Saudí está en las últimas y que la configuración política del reino sufrirá cambios en el curso del próximo año.

La salud de los miembros más influyentes de la familia real saudí está cada vez más frágil, señala un artículo publicado por la revista Foreign Policy el martes.

Esta semana, el rey Abdulá, de 89 años, presidió la reunión del Consejo de Ministros en su propio palacio en la capital, Riad, en lugar de viajar a la sede del Consejo.

Según especulaciones, el príncipe heredero Nayef bin Abdel Aziz, de 78 años y enfermo de cáncer, probablemente de leucemia, también ha vuelto al país.

Nayef abandonó Arabia Saudí hace un mes para ir a Marruecos, pero terminó en los EEUU para realizar “pruebas médicas”. La agencia estatal de noticias dijo el miércoles que había regresado al reino.

Según el artículo, en la situación actual, el príncipe Salman bin Abdel Aziz, de 76 años, que fue nombrado ministro de Defensa en noviembre, después de la muerte del entonces príncipe heredero Sultán bin Abdel Aziz al Saud, ha asumido el papel de liderazgo.

Periódicos saudíes se han llenado, durante las últimas semanas, de artículos y fotos de Salman visitando unidades militares en todo el país.

Aunque Salman se convierta en rey, no hay certeza de que vaya a reinar por mucho tiempo dada su avanzada edad y las evidencias que apuntan a su mal estado de salud. Él ha sufrido por lo menos un derrame cerebral y las fotografías sugieren que su brazo izquierdo no funciona bien.

Parece que el mayor exportador mundial de petróleo puede experimentar un largo camino de inestabilidad política, señala el artículo.

La perspectiva de que Salman se convierta en sucesor a la corona es vaga y la cuestión de quién debe acceder al trono después de él, más aún, agrega el artículo. En el período interino, es fácil predecir una rivalidad cada vez más abierta entre los hijos de Abdulá, Nayef y Salman.

El artículo llega a la conclusión de que, habida cuenta de los disturbios en Siria, el caos en Yemen, y las presiones diplomáticas contra Irán, la incertidumbre sobre el futuro inmediato de Arabia Saudí está deteriorando aún más la situación en Oriente Medio.