El domingo, la Palestina ocupada y los que querían manifestar su solidaridad con ella se enfrentaron a una acción sin precedentes.
El domingo, la Palestina ocupada y los que querían manifestar su solidaridad con ella se enfrentaron a una acción sin precedentes. La entidad sionista no sólo limitó a prohibir los viajes de unos 1.500 activistas que querían participar en esta operación, sino que ejerció presiones sobre los países de los que aquellos son ciudadanos para impedirles realizar el viaje.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció al Ministerio de Seguridad Nacional “la determinación de los oficiales y comandantes de la policía” contra una acción que, según él, amenazaba al Aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv.
De los 1.500 participantes que buscaban entrar en la Palestina ocupada, sólo tres lograron llegar, según el comité de bienvenida palestino en Belén, en el sur de Cisjordania.
Los participantes en la campaña “Bienvenidos a Palestina”, celebrada del 15 de abril a 22 por tercer año consecutivo, denunciaron la ocupación israelí, en particular su estricto control de todos los accesos a Cisjordania, y se plantearon a ir en esta ocasión a Belén para inaugurar una escuela internacional.
Denegación de embarque, detención y deportación
Los activistas se enfrentaron a una verdadera conspiración entre el gobierno sionista y algunos de sus países de origen.
Así por ejemplo, la compañía francesa Air France, las británicas EasyJet y Jet2.com y la alemana Lufthansa impidieron el embarque de los pasajeros cuyos nombres aparecían en una lista de “indeseables” enviada por Israel.
En el aeropuerto de París Roissy, donde a unos 90 activistas se les impidió el embarque, decenas de personas marcharon cantando “Hoy en día, el puesto de control (israelí) se encuentra en París”.
En Bruselas, por lo menos 120 activistas pro-palestinos protestaron tras la negativa de muchas empresas, especialmente Brussels Airlines, de embarcar a un centenar de ellos con destino a Tel Aviv.
En Ginebra, veinte activistas lograron embarcar para Tel Aviv, mientras que otros cuarenta fueron también bloqueados por la policía.
En Estambul, Turkish Airlines impidió el embarque a unos cincuenta activistas.
En Roma, Alitalia negó el embarque a siete activistas italianos y en Viena, Austrian Airlines hizo lo propio con cinco pasajeros.
En este asunto, que tendrá fuertes repercusiones judiciales, según los organizadores de la expedición, fueron empleados medios ilegales y contrarios a los derechos humanos.
A una mujer joven que ya está sentada en el avión, lista para volar desde Francia a Tel Aviv con Air France se le prohibió volar por no ser judía o israelí.
Este hecho fue denunciado en la página web de la organización, que emprenderá acciones legales contra Air France, que tendrá que explicar su complicidad con el régimen del apartheid.
A aquellos a los que el embarque no les pudo ser denegado, las autoridades de ocupación israelíes intentaron obligarles a que firmaran “una declaración comprometiéndose a no tener contacto y a no cooperar con miembros de organizaciones pro-palestinas”.
De los 1.500 participantes que se esperaban, entre ellos 500 a 600 franceses, sólo unas pocas docenas pudieron llegar hasta el Aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. Allí, la gran mayoría fueron detenidos al desembarcar.
Cientos de policías israelíes fueron desplegados en el aeropuerto, la mayoría vestidos de civil.
El Ministro de Seguridad Interna israelí, Yizhak Aharonovitch, afirmó: “Nos las arreglamos para evitar una provocación.”
Un total de 43 pasajeros, en su mayoría franceses, están a la espera de deportación en Tel Aviv, y 31, que se negaron a ser repatriados, fueron internados en centros de detención. Enojados por el comportamiento de la policía, algunos incluso llegaron a las manos.
Una de las organizadoras francesas de esta acción, Olivia Zemor, dijo que 27 de los 31 presos internados eran de la región de Lyon (centro de Francia) y habían llegado de Ginebra.
La iniciativa fue un éxito
Todos los activistas son unánimes: “Este golpe de fuerza ha puesto de manifiesto los procedimientos ilegales utilizados por Israel y sus aliados”.
“Pero no importa”, dijo Zemor. “Los métodos mafiosos empleados por el trío Israel/compañías/policías cómplices han podido impedir el embarque de cientos de participantes de todo el continente, pero la iniciativa ya se ha tenido eco en todo el mundo, incluso en los medios de comunicación israelíes, donde las mentiras de la propaganda oficial sobre el carácter provocador de personas que sólo tenían la intención que visitar la Palestina ocupada han sido puestas ampliamente en tela de juicio”, señaló.