Los Emiratos Árabes Unidos ha reanudado la expulsión arbitraria de inmigrantes libaneses. Recientemente, unos 30 ciudadanos libaneses han sido expulsados de ese país.

Los Emiratos Árabes Unidos ha reanudado la expulsión arbitraria de inmigrantes libaneses. Recientemente, unos 30 ciudadanos libaneses han sido expulsados de ese país.

Estas últimas dos semanas, nueve personas de la localidad de Yuhmur (Bekaa Occidental) han regresado al Líbano.

Ellos fueron convocados súbitamente a los centros de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos para ser interrogados.

Dos o tres días más tarde, fueron vistos de nuevo en el Aeropuerto Internacional de Beirut.

Algunos tuvieron la suerte de disfrutar de un período de una semana para poder arreglar sus asuntos cotidianos.

Uno de ellos dice que pasó 17 años de su vida en el país del Golfo donde adquirió un restaurante.

Sin embargo, las autoridades llegaron a confiscar por la fuerza todas sus pertenencias y a expulsarle del país. Se le prohibió incluso llevarse una camisa.

Su permiso de residencia fue cancelado sin ninguna razón, dado que él no había cometido ningún delito, ni hablado de política y tenía limpios sus antecedentes penales.

Él sólo tenía una petición para hacer a las autoridades: dejar a su esposa e hijos en el país hasta el fin del año escolar. Sin embargo, esta solicitud le fue denegada por las autoridades de seguridad.

Él dijo que él no se atrevía a frecuentar ninguna mezquita “para no provocar la ira de nadie”.
Según el presidente de la Comisión de Expulsados Libaneses, Hassan Oleyan, el caso de la deportación es puramente humanitario, pero los emiratíes quieren politizarlo.

“La mayoría de las personas expulsadas, unas 350, son dueños de negocios y restaurantes y sus familias nacieron allí”, dijo Oleyan en una entrevista con el diario libanés al Ajbar.

Sin embargo, los libaneses expulsados comprenden bien las razones de la política de los Emiratos Árabes Unidos hacia ellos.

Las autoridades de seguridad mostraron sus intenciones sin rodeos: “Vd. tiene que firmar la siguiente declaración: estoy trabajando con los servicios de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos”.

Después de haber firmado el documento, el firmante está obligado a proporcionar información, no de hecho sobre el presidente Michel Suleiman o el primer ministro Mikati, sino, por supuesto, sobre Hezbolá.

El documento no menciona “Hezbolá”, pero los deportados han informado de todos las peticiones de los servicios de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos, y una simple revisión de la lista de los nombres de los expulsados demuestra que son, de hecho, del entorno de Hezbolá.

En este sentido, algunos de los deportados acusaron a ciertos servicios de seguridad libaneses de colaborar con sus homólogos de los Emiratos Árabes Unidos. “Antes de expulsarnos del país, los servicios de seguridad EAU nos enseñaron informes detallados sobre las vidas de nuestros familiares en el Líbano. Por lo tanto, existe ciertamente una estrecha colaboración con los servicios de seguridad libaneses”, dijo uno de ellos.

Ante esta situación, nos hacemos preguntas sobre el papel y las responsabilidades del Estado libanés para impedir la expulsión de 30.000 libaneses en peligro de correr la misma suerte.

Al Ajbar