Con el colapso del gobierno de Holanda, debido a la salida del mismo del partido de la ultraderecha, este país puede ahora eliminar algunas de sus propuestas dirigidas contra los musulmanes e inmigrantes.
Con el colapso del gobierno de Holanda, debido a la salida del mismo del partido de la ultraderecha, este país puede ahora eliminar algunas de sus propuestas dirigidas contra los musulmanes e inmigrantes y suavizar su fuerte retórica anti-inmigración.
Es, pues, ya improbable que las propuestas sobre la prohibición del niqab (velo que cubre el rostro), como el que se lleva en algunos países árabes del Golfo Pérsico, y la normativa contra la doble nacionalidad vayan ahora adelante.
La coalición entre Cristiano-Demócratas (CDA), el liberal Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) y el ultraderechista Partido de la Libertad (PVV), de Geert Wilders, se rompió debido a la falta de acuerdo sobre las medidas de austeridad dirigidas a recortar 16.000 millones de dólares del presupuesto estatal. Según los observadores, Wilders temía que su partido perdiera su apoyo electoral al verse asociado con las medidas de austeridad que supondrán un fuerte recorte de los gastos sociales. Unas elecciones generales han quedado convocadas para el 12 de septiembre.
La actual coalición de gobierno llegó al poder en 2010 tras la ruptura de la anterior que estaba integrada por el CDA y el Partido Laborista (PVDA) debido a la oposición de este último a prolongar la participación militar holandesa en Afganistán.
A cambio del apoyo de Wilders en el Parlamento, el gobierno había propuesto varios proyectos de ley, incluyendo uno que prohibía el niqab y otro sobre la doble nacionalidad. La aceptación de la utilización de la islamofobia y la xenofobia como armas políticas y electorales por parte de la derecha tradicional ha alienado a la comunidad musulmana del país y ésta ha comenzado a votar mayoritariamente a los partidos de izquierda.
Nueva realidad
Ahora, con la salida del PPV del gobierno tales proyectos van a quedar previsiblemente “fuera de la mesa”, ya que no hay una mayoría parlamentaria a su favor, señala Maurits Berger, profesor de Islam en el Mundo Occidental en la Universidad de Leiden, a Reuters. Estas políticas “fueron llevadas a cabo por el PVV pero también por este gobierno con el fin de mantener su relación con el PVV. Ellas han convertido a Holanda en un paria,” dijo Berger.
Los cristiano-demócratas ya no apoyan dichas propuestas, señaló una fuente del partido a Reuters. La oposición –que incluye al Partido Laborista, la Izquierda Verde y Demócratas 66- se ha opuesto también a las mismas medidas. Según las encuestas, la oposición de izquierda, incluyendo a los euroescépticos del Partido Socialista (SP) –que empezó siendo un partido de ideología maoísta-, ganará las próximas elecciones. El SP podría duplicar sus actuales 15 escaños hasta los 30. Los partidos de derecha y el partido ultra de Wilders sufrirán importantes pérdidas, según las mismas encuestas.
La postura del PVV en contra de los musulmanes y los inmigrantes de los países del Este de Europa que son miembros de la Unión Europea ha dañado seriamente la imagen de Holanda. Recientemente, la Comisión y el Parlamento Europeos así como los embajadores de varios países de la UE –incluyendo Polonia, Rumania y Bulgaria- pidieron públicamente al gobierno holandés que mostrara su condena a un sitio web dirigido contra los trabajadores de Europa central y oriental. Sin embargo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, declinó pronunciarse en público en contra de la página.
