La cadena de televisión Al Jazeera en inglés ha cerrado su oficina en China, después que las autoridades chinas se negaran a renovar el visado de su corresponsal en Pekín, un hecho sin precedentes desde 1998.
La cadena de televisión Al Jazeera en inglés ha cerrado su oficina en China, después que las autoridades chinas se negaran a renovar el visado de su corresponsal en Pekín, un hecho sin precedentes desde 1998.
Melissa Chan, ciudadana de EEUU, trabajó para Al Yazira en Beijing desde 2007 y también cuenta con una cuenta en Twitter que tiene unos 14.000 suscriptores.
Chan se ha convertido así en la primera periodista expulsada de China desde 1998, cuando un corresponsal de la revista alemana Der Spiegel fue deportado tras ser acusado de posesión de secretos de Estado.
El Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC) manifestó estar “indignado” por la decisión china que equivale a una expulsión de hecho, diciendo que esto suponía una “amenaza grave para la capacidad de la prensa extranjera de trabajar en China”.
Las autoridades chinas están molestas al parecer por la difusión de varios reportajes considerados desagradables, incluyendo un documental sobre la supuesta utilización de trabajo forzoso para la fabricación de productos vendidos en el extranjero.
Según el FCCC, “los funcionarios chinos han expresado descontento después de la emisión de un documental emitido en noviembre de 2011, en el que la Sra. Chan no había, sin embargo, participado”.
“Éste es el ejemplo más extremo de una actitud que se ha traducido recientemente en utilizar el tema de los visados para tratar de censurar e intimidar a los periodistas extranjeros en China”, dijo el FCCC, organización que es periódicamente descrita como “ilegal” por las autoridades chinas.
“El FCCC estima que son los medios de comunicación extranjeros, y no el gobierno chino, los que tienen el derecho a elegir quien trabaja en China, de acuerdo con la práctica internacional”.