EEUU ha coordinado un creciente número de envíos ilegales de armas avanzadas a los insurgentes que luchan contra Damasco.
EEUU ha coordinado un creciente número de envíos ilegales de armas avanzadas a los insurgentes que luchan contra Damasco. Dichas armas han sido pagadas por los estados árabes del Golfo Pérsico, según afirman funcionarios estadounidenses y de otros países.
Responsables de la Administración Obama afirman, sin embargo, que el apoyo estadounidense se limita a “contactos ampliados con las organizaciones militares de la oposición” con el fin de suministrar una evaluación sobre la fuerza militar de estos grupos y su infraestructura de mando y control a las dictaduras árabes del Golfo Pérsico, que financian la compra y el envío de armas letales a las bandas armadas que luchan contra el régimen de Damasco, informó el Washington Post el miércoles.
Según el informe, los responsables estadounidenses también se han reunido y negociado esta semana en Washington con una delegación de kurdos del escasamente poblado este de Siria, donde la violencia apenas se ha producido. Las conversaciones, señaló un funcionario del gobierno de Obama, incluyeron discusiones sobre la posibilidad de abrir un segundo frente contra las fuerzas del presidente Bashar al Assad para obligarle a mover recursos allí desde el oeste.
“Estamos incrementando nuestra asistencia no letal a la oposición siria, y seguimos coordinando nuestros esfuerzos con nuestros amigos y aliados en la región y más allá con el de fin de conseguir el mayor impacto posible para lo que estamos haciendo de forma colectiva”, dijo un funcionario del Departamento de Estado, uno de los varios responsables del gobierno de EEUU y extranjeros que hablaron de estas operaciones estadounidenses bajo la condición de anonimato.
Muchos responsables, añade el informe, consideran ahora que un incremento de la confrontación militar es inevitable.
El ejército estadounidense, señala el periódico, también ha preparado opciones para una intervención directa en Siria “que incluyen amplios ataques para destruir las defensas antiaéreas de la nación. Sin embargo, responsables estadounidenses han descrito este escenario como poco probable, afirmando, en cambio, que EEUU y sus aliados están cada vez más centrados en suministrar armas y datos de inteligencia a los grupos rebeldes que luchan contra Damasco.
Por otra parte, las nuevas armas para los rebeldes sirios se están almacenando en algunas zonas de Damasco, en Idlib, cerca de la frontera turca, y en Zabadani, en la frontera libanesa, según el reportaje, que añade que los rebeldes afirman ahora que sus suministros de armas y municiones han aumentado considerablemente a raíz de una decisión de Arabia Saudita, Qatar y otros reinos árabes del Golfo Pérsico de proporcionar millones de dólares para la financiación de dichos grupos cada mes.
Además, los líderes rebeldes anti-sirios afirman que han estado en contacto directo con responsables del Departamento de Estado con el fin de “designar a los beneficiarios dignos de recibir armas y los puntos de almacenaje de los stocks de armas. Sin embargo, responsables estadounidenses señalan que en la actualidad no hay personal militar o de inteligencia estadounidense sobre el terreno en Siria”.
El periódico también destacó que los despóticos regímenes árabes del Golfo Pérsico desean la caída del gobierno del presidente Assad con el fin de suministrar “un golpe contra Irán” y darían la bienvenida a más ayuda estadounidense con tal fin.
Siria estará en la agenda de cumbre de la OTAN de esta semana, que se celebrará en la ciudad estadounidense de Chicago.