Lavrov expresó una vez más la oposición de su país a las nuevas sanciones contra Irán, pidiendo a la Administración de EEUU que vete las nuevas y contraproducentes restricciones económicas aprobadas por
El canciller ruso, Sergei Lavrov, expresó una vez más la oposición de su país a las nuevas sanciones contra Irán, pidiendo a la Administración de EEUU que vete las nuevas y contraproducentes restricciones económicas aprobadas por el Senado estadounidense.
En una conferencia de prensa conjunta con su homólogo de Sri Lanka, Gamini Lakshman Peiris, en Moscú el miércoles, el ministro ruso dijo que las sanciones del Senado de EEUU “no se dirigen a combatir los posibles riesgos de proliferación de armas de destrucción masiva, sino que, en esencia, buscan la asfixia económica de Irán”.
El 21 de mayo, el Senado de EE.UU. aprobó por unanimidad un nuevo paquete de sanciones económicas y petrolíferas contra Irán por su programa de energía nuclear justo antes de las conversaciones entre Teherán y el P5+1 -Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, EEUU y Alemania-, que comenzó en Bagdad el miércoles.
El jefe de la diplomacia rusa expresó su esperanza de que el presidente de EEUU, Barack Obama, vete la iniciativa del Senado para imponer sanciones nuevas que contrarrestan los esfuerzos diplomáticos para lograr un acuerdo en relación al programa nuclear de Irán.
“Espero que este exceso de los legisladores estadounidenses sea respondido con un enfoque responsable por parte de la Administración y el presidente de EEUU,” señaló Lavrov.
La decisión de los senadores estadounidenses de imponer nuevas sanciones “no ayuda a mantener la unidad en nuestras acciones, porque claramente pone en peligro el orden del día que ha sido elaborado conjuntamente y lo convierte en un rehén de las acciones unilaterales de EEUU”, agregó.
El ministro ruso destacó que el nuevo paquete de sanciones socavaría la diplomacia con Irán y crearía un ambiente de tensión.
Las sanciones van dirigidas en contra de los bancos extranjeros que llevan a cabo transacciones con las compañías petroleras y de transporte de petróleo de Irán. También incluye medidas para cerrar posibles lagunas en las sanciones existentes, que podrían permitir a Irán continuar la venta de su petróleo crudo.
EEUU, Israel y algunos de sus aliados acusan a Teherán de perseguir objetivos militares con su programa de energía nuclear.
Irán ha rechazado repetidamente las acusaciones sobre sus actividades nucleares, argumentando que, como signatario comprometido con el Tratado de No Proliferación Nuclear y miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica, tiene el derecho a utilizar la tecnología nuclear con fines pacíficos.