La posición de Turquía sobre la crisis en Siria es ahora conocida por todo el mundo. Y es a través de esta postura que se inscribe su política adoptada en el caso de los 11 libaneses que fueron secuestrados en Siria.
La posición de Turquía sobre la crisis en Siria es ahora conocida por todo el mundo. Y es a través de esta postura que se inscribe su política adoptada en el caso de los 11 libaneses que fueron secuestrados en Siria, cuando regresaban de realizar una peregrinación en Irán. Aunque las verdaderas razones de este secuestro no se han dado a conocer, la responsabilidad de Turquía y sus países “amigos” sigue siendo evidente.
Es cierto que la parte responsable del secuestro no es otra que el Ejército Libre Sirio (ELS). Ésta es la única facción que opera sobre el terreno. Por otra parte, la forma en que el secuestro fue efectuado no se parece en nada a los cometidos por la organización Al Qaida.
De hecho, el secuestro tuvo lugar después del paso del autobús que transportaba a los pasajeros por el territorio turco, y después de que las autoridades turcas hubieran registrado los nombres de los peregrinos. Así que es muy probable que la operación de secuestro y el seguimiento del autobús se hubieran iniciado en el territorio de Turquía, con la cooperación de los servicios de seguridad turcos.
Algunos suponen que, incluso si países no limítrofes con Siria estuvieran detrás del secuestro de los peregrinos, éste no habría tenido éxito sin la cooperación logística de Turquía. Además, las autoridades turcas han expresado en repetidas ocasiones que las personas secuestradas gozaban de buena salud, lo que significa que estaban al corriente de todo, y, especialmente, en contacto con los secuestradores.
Recordemos también que el mando del ELS se encuentra en Turquía desde su formación. Sus líderes viven en un campamento cerrado desde el que dirigen sus operaciones en Siria o en otros lugares. Y no es ningún secreto que Turquía entrena a los elementos de la organización y facilita su paso hacia el territorio sirio. Así que Turquía ejerce una autoridad absoluta sobre el ELS, y no sólo por el hecho de ser su anfitrión.
Otro indicio de la participación de Turquía en el secuestro se puede ver claramente a través de la confusión de los funcionarios turcos en este asunto. Ellos informaron a las autoridades libanesas de la llegada de los secuestrados a Turquía y luego desmintieron la información. Por otra parte, ninguno de los dirigentes ha hecho ninguna declaración pública sobre esta cuestión a pesar de sus eventuales repercusiones peligrosas.
El desmentido de su llegada al territorio turco plantea interrogantes, ya que los servicios de inteligencia turcos son muy fuertes y saben exactamente lo que está sucediendo en Siria, y mucho más si hablamos de un secuestro en la frontera con Turquía.
Y, desde luego, es imposible que el ex primer ministro libanés Saad Hariri, enviara su avión al aeropuerto para el transporte de los rehenes si las autoridades turcas no hubieran estado seguras de que aquellos se hallaban, de hecho, en su territorio.
Se trató, pues, de un cambio de posición de último minuto debido a presiones políticas que han impedido a Turquía llevar este caso a buen termino y la han llevado a negar oficialmente que los secuestrados hubieran entrado en territorio turco. Esto contrasta con las afirmaciones turcas sobre el poder de sus servicios de inteligencia y demuestra que Turquía se ha sometido a las presiones de otros países que intentan explotar este caso al máximo.
De todos modos, está claro que Turquía es responsable de la suerte de los rehenes libaneses y que la confusión entre las posiciones de sus líderes ha dañado la imagen de este país. Cualquier retraso en este caso creará más tensión en el Líbano y la región, lo cual va en contra de los intereses de Turquía.
Por ahora, sólo la sabia postura de Hezbolá y el movimiento Amal ha impedido una reacción violenta por parte de las familias de los secuestrados. Sin embargo, la paciencia y la resistencia de estas familias no son ciertamente ilimitadas.
As Safir