El presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo el domingo que su país se enfrenta a un plan de destrucción y una guerra lanzada desde el exterior, al mismo tiempo que subrayó su determinación de poner fin a la revuelta.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo el domingo que su país se enfrenta a un plan de destrucción y una guerra lanzada desde el exterior, al mismo tiempo que subrayó su determinación de poner fin a la revuelta.
En un discurso pronunciado este domingo en la inauguración de la primera sesión legislativa de la nueva Asamblea del Pueblo, el presidente Assad, rindió, en primer lugar, homenaje a todos los mártires inocentes, civiles o militares, afirmando que su sangre no había sido derramada en vano, a la vez que calificó de “bárbaros” a los autores de la matanza de Hula.
Assad hizo hincapié en que los que cometieron la masacre, en la que 108 personas, entre ellas 49 niños, fueron asesinados el 25 de mayo, eran “monstruos”.
Él dijo que su régimen había “intentado todos los medios políticos” para poner fin a la crisis, pero añadió que estos esfuerzos fueron inútiles “porque nos enfrentamos a una verdadera guerra dirigida desde el extranjero y los medios de hacerla frente son diferentes.”
El presidente sirio también descartó cualquier diálogo con la oposición que mantiene vínculos con países extranjeros, concretamente con el Consejo Nacional de Siria, la organización principal de la oposición en el extranjero.
El hizo hincapié en que los responsables del “terrorismo no están interesados en el diálogo o las reformas. “A ellos se les ha encargado una misión y no pararán hasta que logren ejecutar esta misión o hasta que podamos detenerles”, señaló.
“Siria está abierta a todos los sirios, independientemente de sus puntos de vista, pero el terrorismo no puede ser parte del proceso político y tenemos que luchar contra él para sanar a la nación. Vamos a seguir respondiendo enérgicamente al terrorismo”, añadió.
“No habrá ningún compromiso en la lucha contra el terrorismo y quienes lo apoyan”, dijo el presidente sirio. “La seguridad de la nación es una línea roja”, dijo.
“Vamos a seguir haciendo frente al terrorismo, aunque abriendo la puerta a aquellos que no han tomado las armas”, dijo el presidente sirio.
Assad añadió que las circunstancias delicadas que atraviesa el país obligan a los sirios a tener más valentía, firmeza y sentido de la responsabilidad.
Él hizo hincapié en que “con las reformas hacemos frente a una gran parte de la ofensiva contra Siria y construimos una presa para hacer frente a la codicia regional e internacional.”
Y agregó: “La celebración de las elecciones a la Asamblea Popular en la fecha fijada supuso un golpe para aquellos que querían Siria se cerrara y volviera a la situación de décadas atrás.”